Charly Pérez
Hace unos días, el hijo menor de Andrés Manuel López Obrador se fracturó una pierna y lo llevaron a Médica Sur, lo cual no tiene absolutamente nada de malo. Es un niño, estaba jugando, se lastimó y lo atendieron. A todos les pasa, fin de la historia. Pero su papá, su papá sí que peca de incongruente. Vamos viendo…
La hipocresía, la doble moral y la demagogia que todo el tiempo maneja nuestro presidente electo. Eso de señalar y descalificar a otros por lo mismo que él mismo hace.
En campaña prometió cancelar los seguros médicos para funcionarios públicos. Dijo: “que vayan al ISSSTE, al seguro, para que vean lo que se siente…”. ¿Qué se siente? ¿De veras sabe lo que se siente estar en la vil calle esperando que le den razón de su familiar? O aún más, que lo atiendan. Estoy seguro que el señor no sabe lo que se siente estar en una crisis grave y solamente contar con los preciosos servicios médicos que brinda el estado. Hay que tener memoria, en diciembre de 2013, AMLO sufrió un infarto y también fue a dar a Médica Sur, donde estuvo internado cinco días. Sin embargo, lo congruente sería llevar a su hijo y haber ido él mismo a ese sistema de salud pública al que, seguro, tiene derecho.
Luego entonces, esa propuesta de cancelar los seguros médicos privados para funcionarios “para que vean lo que se siente”, pero no pararse, ni de broma, por un hospital público representa la nula congruencia de un personaje que, solo en sudiscurso, defiende la austeridad de Estado, las hamacas y los catres… Y que se haga la ley, pero en los bueyes del vecino.
Obituario: La víctima de los vándalos en el clásico regio también traía piedras. Ni tan víctima.