Han pasado 365 días desde que un sismo de magnitud 8.2 con epicentro en el golfo de Tehuantepec afectó al país y dejó como saldo decenas de víctimas, tras el acontecimiento binomios caninos de diversas instituciones colaboraron en las labores de búsqueda y rescate, entre ellos, la más famosa fue Frida, miembro de la Secretaría de Marina.
El reconocimiento de la labrador incrementó desmesuradamente con la ayuda de las redes sociales. De la perrita se hicieron piñatas, tazas, figuras de cerámica, mochilas, alcancías, amuletos de la suerte, cuadernos, ilustraciones, postales y se colocó una estatua en Puebla; el fenómeno de la heroína recorrió el mundo, participó en múltiples homenajes a las víctimas de los sismos.
Recibió el aplauso de estadios enteros, la galardonaron con el Premio Nacional de Comunicación, su imagen se colocó en un avión y sus botas azules, junto con las de su manejador se encuentran en el Museo del Calzado en la Ciudad de México. Fue catalogada como un emblema de esperanza.
Previo al sismo del 7 de septiembre la perra ya era célebre entre los equipos de rescate de la marina; sin embargo, su fama incrementó tras las fotografías de sus actos heroicos de los rescates en los que participó.
Una de las primeras imágenes que la inmortalizó se tomó en el Instituto Tecnológico del Istmo en Juchitán de Zaragoza, que funcionó como albergue y centro de operaciones militares para atender la emergencia luego del sismo.
Fuente: Enfoque Noticias