Francisco, que acudió a la capital de Sicilia, dijo que los miembros del crimen organizado —muchos de los cuales van a la iglesia abiertamente— «no pueden creer en Dios y en los mafiosos» al mismo tiempo.
En su mensaje, se refirió a ellos como «queridos hermanos y hermanas».
El Papa visitó Palermo para conmemorar al padre Giuseppe Pino Puglisi, un sacerdote que murió a tiros por miembros de la mafia en 1993, luego de haber desafiado el control de la organización sobre los vecindarios más peligrosos de la ciudad.
Puglisi fue asesinado en su cumpleaños número 56 durante una brutal campaña del crimen organizado contra el Estado y quien quiera que amenazara su existencia. Los jueces Giovanni Falcone y Paolo Borsellinoperecieron en ataques con bomba en Palermo 1992.
En el sermón ante 80 mil personas en la zona portuaria de la capital siciliana, Francisco dijo:
«Una persona que es mafiosa no vive como un cristiano, porque con su vida insulta el nombre de Dios».
La multitud interrumpía el sermón para aplaudir cada vez que el pontífice argentino denunciaba a la mafia.
La Iglesia católica en el sur de Italia ha tenido una historia compleja con la mafia. El cardenal Ernesto Ruffini, quien fuera arzobispo de Palermo entre 1945 y 1967, negaba la existencia del crimen organizado y sostenía que el comunismo era la mayor amenaza para la institución.
Fuente: Milenio