Christine Blasey Ford dijo este jueves 27 de septiembre ante la Comisión de Asuntos Jurídicos del Senado y un Estados Unidos pegado a los televisores que Brett Kavanaugh la agredió sexualmente en una habitación cerrada durante una fiesta de estudiantes secundarios en la década de 1980.
“Creí que iba a violarme”, dijo la profesora de psicología de 51 años con voz temblorosa al leer su declaración inicial.
Kavanaugh ha rechazado las denuncias de agresión sexual de parte de Ford y otras mujeres. El jurista conservador, cuya confirmación por el Senado se daba como un hecho casi consumado hasta que aparecieron Ford y las otras mujeres, aguardaba su oportunidad para declarar en las próximas horas.
“No estoy aquí hoy porque quiera estarlo. Estoy aterrada”, dijo Ford al describir el presunto asalto. “Estoy aquí porque creo que es mi deber ciudadano relatarles lo que ocurrió”.
En un choque de las posiciones políticas y culturales enfrentadas en una nación polarizada, el postulado por el presidente Donald Trump y Ford serán los únicos testigos ante la Comisión de Asuntos Judiciales –integrada por 11 republicanos, todos hombres, y 10 demócratas– en una audiencia que podría determinar si se puede salvar su postulación y consagrar una mayoría de derecha en el máximo tribunal del país.
Los 11 republicanos del panel –todos hombres– encomendaron sus preguntas a Rachel Mitchell, una veterana fiscal especializada en crímenes sexuales. Ella comenzó con una expresión de solidaridad con Ford: “Quiero que sepa que lo lamento mucho. Eso no está bien”.
Con sus preguntas, Mitchell hizo que Ford relatara detalladamente los sucesos del día del presunto incidente, pero las normas de la comisión la limitaron a cinco minutos por vez, intercalados entre las preguntas de los demócratas, lo que produjo un efecto entrecortado al tratar de armar el relato.
Antes de su declaración, el presidente de la comisión, Chuck Grassley, defendió la manera como los republicanos han manejado las audiencias de confirmación hasta el momento. Ofreció disculpas por el duro trato –que ha incluido amenazas de muerte– padecido tanto por Ford como por Kavanaugh.
Grassley se quejó de que los abogados de otras acusadoras no han brindado información al panel y dijo que “la comisión no puede investigar si los abogados ocultan información”.
Fuente: prensa.com