El Congreso en España ha avalado este jueves, con la abstención del PP y Ciudadanos, el decreto ley aprobado por el Gobierno el pasado 24 de agosto y que da cobertura jurídica a la exhumación de los restos del dictador Francisco Franco del Valle de los Caídos. Durante el debate en la Cámara, todos los grupos parlamentarios han coincidido en que el enterramiento del dictador en el paraje de Cuelgamuros (Madrid) es “una anomalía histórica”. Pese a ello, no ha habido unanimidad y, además se han registrado dos votos en contra, el del expresidente del Congreso Jesús Posada y el del diputado José Ignacio Llorens, que aseguran que se han equivocado. El decreto ha salido adelante con la abstención del PP, Ciudadanos, Unión del Pueblo Navarro y Foro Asturias (165 votos, descontados los errores) y con el apoyo del PSOE, Unidos Podemos, PNV, ERC, PDeCAT, Compromís, EH Bildu, Coalición Canaria y Nueva Canarias (176 síes).
El desacuerdo reflejado en la votación fue justificado por Ciudadanos y el PP en que no veían ninguna urgencia en sacar los restos del dictador. A su juicio, no es una prioridad, sino una necesidad de Pedro Sánchez de “tapar su incapacidad y sus vergüenzas”, según el número dos de Ciudadanos, José Manuel Villegas. “No se abstengan de la democracia y de la dignidad, se lo imploro”, ha instado en vano la portavoz socialista, Adriana Lastra, antes de esta votación histórica. El dictador es la única persona que descansa en este mausoleo gigantesco construido entre 1941 y 1959 por unos 20.000 hombres —muchos de ellos presos políticos—, que no fue víctima de la Guerra Civil. Lo hace, además, con todos los honores desde hace 43 años.
“No hay justicia, paz, ni concordia mientras los restos de Franco estén en el mismo lugar que las víctimas”, ha proclamado la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, al presentar la iniciativa, que se tramitará como proyecto de ley para que puedan incorporarse modificaciones de todos los grupos y que el propio Gobierno, a través del Grupo Socialista, afine qué hacer con los restos de Franco. También se ha elegido esa fórmula para que se avance en encontrar, sacar y enterrar a los muertos republicanos que aún están en cunetas de muchas partes de España. Pero, estrictamente, este real decreto es para la exhumación del dictador, aunque su discusión ha servido para que continúe la bronca del PSOE con Ciudadanos y el PP.
“Ciudadanos y el PP están compitiendo por los votos de la extrema derecha, y no merece la pena, no son tantos”, les ha espetado la portavoz socialista. “Esta medida no divide a la sociedad española, sino a su grupo, y es una vergüenza que defiendan tener a un golpista, a un genocida, a las afueras de Madrid. Impensable que eso pasara en Berlín”, ha continuado Lastra.
“No se abstengan de la democracia y de la dignidad, háganlo por ustedes mismos, se lo imploro”. Así se ha expresado la portavoz socialista en un discurso con fuerte carga emocional. No ha surtido efecto el llamamiento de Lastra a Ciudadanos y al PP a que cambiaran de opinión y no se abstuvieran porque así será como quedará para la Historia.
El real decreto añade un párrafo al artículo 16 de la Ley de Memoria Histórica que explica la urgencia de la decisión e insta a la exhumación. El Gobierno ha justificado la urgencia amparándose en el pronunciamiento del Congreso de los Diputados de mayo de 2017, sin ningún voto en contra, a favor de la exhumación y que salió adelante como una proposición no de ley presentada por el PSOE durante el Gobierno de Mariano Rajoy.
El PP ha encargado al exministro del Interior Jorge Fernández Díaz la justificación de la abstención de este partido. Este veterano diputado ha recriminado al Gobierno la utilización de los reales decretos y ha realizado una disquisición sobre “fondo y forma”, legalidad y legitimidad. Fernández Díaz ha citado tesis doctorales y estudios sobre la Guerra Civil e historias de genocidios contemporáneos sin entrar en el fondo del tema que se iba a votar. La vicepresidenta del Gobierno, sin embargo, se ha quedado con el menosprecio al Gobierno que, a su juicio, ha sentido por parte de Fernández Díaz y del representante de Ciudadanos José Manuel Villegas por haber llegado al poder los socialistas después de una moción de censura.
Al contrario que Fernández Díaz, el número dos de Ciudadanos, José Manuel Villegas, sí ha reconocido que el lugar donde está enterrado Franco es una anomalía, pero no reconoce que sea urgente sacar de allí los restos. Toda su argumentación ha dejado fuera el Valle de los Caídos para centrarse en “las urgencias de Pedro Sánchez para tapar sus incapacidades y vergüenzas”, en materia de inmigración, económica, “en no parar los pies a los separatistas y a los que quieren romper España…”. Y para tapar todo ello, se habla de Franco, ha señalado.
En el hemiciclo la votación fue seguida de un largo aplauso de la izquierda y los nacionalistas, así como del público que asistía a la sesión desde la tribuna de invitados. Algunos de ellos han roto a llorar cuando han visto que el decreto salía adelante.
Fuente: El País