La ruptura de una falla de 180 kilómetros de longitud bajo las costas de Michoacán y parte de las de Guerrero, ocasionó el 19 de septiembre de 1985 un terremoto de magnitud 8.1
Aunque las ondas sísmicas no debían sacudir tanto a la Ciudad de México, la energía sísmica que se liberó de la Caleta de Campos-Michoacán la amplió un 30 por ciento al llegar a la capital.
Por las características del suelo, la duración de la sacudida duró más de tres minutos cuando originalmente, solo tembló durante 45 segundos. Un dato curioso es que tembló a las 07:17:47 h pero en la Ciudad de México se percibió a partir de las 07:19 h.
El gobierno del entonces presidente Miguel de la Madrid desplegó de inmediato al Ejército para aplicar en la capital el Plan DN-III, pues miles de personas quedaron atrapadas en los escombros.
Cuando la gente apenas se hacía a la idea de la magnitud del desastre, la tarde del día siguiente, 20 de septiembre, se registró una réplica de magnitud 7.6 con duración de un minuto y medio.
Aunque la cifra de muertos sigue sin homologarse, un estudio reciente realizado por el Registro Civil de la Ciudad de México y el periódico Excélsior, detalla que 12 mil 843 personas murieron por causas relacionadas con el temblor.
No obstante, organizaciones civiles presumen que hubo más de 40 mil defunciones.
En cuanto a inmuebles afectados, se presume que fueron dos mil 831, ascendiendo a cinco millones de dólares los daños materiales. Conteos oficiales detallaron que se perdieron 150 mil trabajos.
Cifras oficiales, de acuerdo con el Centro Nacional de Prevención de Desastres, indican que fueron 6 mil muertos, así como 30 mil heridos y 150 mil damnificados, reportando 3 mil 300 edificios dañados, 36 mil 000 viviendas destruidas y 65 mil viviendas con daños considerables, así como afectaciones en 50 hospitales, 34 por ciento del total de los edificios de la administración pública, el 11.4 por ciento del total de la infraestructura educativa y el 8.9 por ciento del total de la pequeña industria y comercio.
Fuente: Staff