Al presentar ante ingenieros organizados de México las dos opciones para el nuevo Aeropuerto Internacional de México, Javier Jiménez Espriú, futuro secretario de Comunicaciones, pidió una respuesta objetiva y verificable antes del 5 de septiembre.
Durante un encuentro celebrado en el Palacio de Minería, ofreció a su vez el compromiso del futuro gobierno de no inclinar la balanza hacia ninguna de las dos alternativas: continuar la construcción del nuevo aeropuerto en marcha o construir dos pistas en Santa Lucía.
Estableció como plazo para recibir las opiniones el 5 de septiembre, y aunque reconoció que es poco tiempo confió en la experiencia de los ingenieros mexicanos para dar una respuesta formal.
Prolongar más la decisión aumentaría la incertidumbre y generaría gastos excesivos, advirtió y, por ello, pidió que esté lista la opinión en el plazo establecido para después llevarla a consulta con la población, en un ejercicio de democracia participativa.
En todo caso, advirtió que ya hay un retraso en la construcción del nuevo aeropuerto que, según el proyecto original, se debía entregar en 2018, luego se dijo que en 2020 y ahora se reconoce que no podrá estar listo antes del segundo semestre de 2023.
Esto significa que pasarán todavía años con el Aeropuerto “Benito Juárez” operando cada vez más comprometido y cada vez más saturado, por lo que “el tiempo apremia”.
Aunque reconoció que todavía no se ha decidido el mecanismo de la consulta, advirtió que será vinculatoria y se acatará, y confió en que el pueblo decida correctamente porque se le entregarán insumos de calidad, es decir de los ingenieros organizados.
Acompañado por los ingenieros Salvador Landeros, Ascensión Medina y José Albarrán, dirigentes de algunas de las agrupaciones de ingenieros más representativas de México, explicó que la intención es que el debate sea informado y la decisión se tome con plena conciencia.
No importa, dijo, que los ciudadanos no sepan de tráfico aéreo o mecánica de suelos; lo importante es que se informen con las opiniones de los expertos, tal como el elector común decide sin saber de economía o política, a partir de la información que le proveen los candidatos.
En este diálogo establecido con los ingenieros reunidos en la antigua capilla del Palacio de Minería, alguno le planteó que antes de establecer el cuestionario de la eventual encuesta se les presente para estar seguros de que las preguntas están bien planteadas.
De esta manera, quedó establecido el plazo del 5 de septiembre para que los ingenieros entreguen al equipo de López Obrador su respuesta técnica.
Fuente: Staff