Más de dos millones de musulmanes de todo el mundo comenzaron hoy su peregrinaje anual del Hajj a la ciudad santa de La Meca, uno de los cinco pilares del Islam que todo fiel debe realizar al menos una vez en la vida si tienen la capacidad física y financiera.
Los peregrinos comenzaron a reunirse desde muy temprano en el valle de Mina, en las afueras de La Meca, para dar comienzo al Hajj, la peregrinación religiosa más importante a nivel mundial, realizada durante el Du l-hiyya, el duodécimo mes del calendario musulmán.
Repitiendo, una y otra vez la frase: “Labayk Allahuma Labayk” (Aquí estoy Alá, respondiendo a tu llamado. Aquí estoy), los fieles comenzaron el primer día del Hajj con altas temperaturas de alrededor de 42 grados Celsius, según un reporte de la cadena Al Arabiya.
Para participar en el peregrinaje, los varones usan el tradicional “ihram, un traje de dos piezas de tela blanca sin costura que cubren su cuerpo, mientras que las mujeres usan ropa holgada, se cubren el cabello y dejan de usar maquillaje y esmalte de uñas para lograr un estado de humildad y pureza espiritual.
Durante el peregrinaje los fieles requieren realizar 10 rituales para buscar el perdón y las bendiciones de Alá (Dios), pregonando la igualdad, sin hacer diferencias entre ricos y pobres, la raza blanca o negra, ni entre el débil o fuerte o el musulmán oriental u occidental.
El punto culminante del peregrinaje es el ascenso al Monte Arafat, donde el profeta Mahoma dio su último sermón hace más de 14 siglos.
De acuerdo a la tradición, los peregrinos deben permanecer en el Monte Arafat hasta la puesta del sol y luego trasladarse a la localidad de Muzdalifa, donde pasan la noche e inician al día siguiente el ritual de la lapidación simbólica del diablo.
Los peregrinos recogen en Muzdalifa guijarros para participar en la llamada “Lapidación de las Estelas, un ritual que dura tres días y con la que de manera simbólica los fieles confrontan al diablo, lanzando siete piedras contra unos enormes pilares.
Después, los fieles islámicos regresan al valle de Mina y dan comienzo a las celebraciones del Eid-al-Adh (Fiesta del Sacrificio), la cual, junto con el mes de ayuno del Ramadán, es una de las festividades más importantes del Islam.
Durante esta festividad, con la que termina de manera oficial el peregrinaje anual a la ciudad santa de La Meca, los musulmanes deben sacrificar un cordero, en recuerdo del sacrificio que hizo el Profeta Abraham al ofrecer la vida de su hijo.
Al final del Hajj, los hombres se afeitan el pelo y las mujeres cortan un mechón de cabello en señal de renovación para completar la peregrinación.
Los musulmanes creen que participar en la peregrinación conduce a un renacimiento espiritual, ya que en el Corán (libro sagrado) sostiene que, en el día del juicio, Alá examinará las buenas obras y pecados de una persona para determinar si se van al cielo o al infierno.
Por lo tanto, el Hajj es visto por los seguidores de la fe islámica como una oportunidad para limpiar sus pecados y comenzar de nuevo limpios.
Fuente: Notimex