El sector patronal del país respalda la eliminación de los delegados federales como lo ha propuesto el virtual presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador; sin embargo, designar a coordinadores estatales del gobierno federal, además de no ser la solución a la problemática de la corrupción y a la aplicación deficiente de los fondos federales, atenta contra el federalismo, aseveró Gustavo de Hoyos.
El presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) explicó que coinciden con decisión del virtual presidente electo de adelgazar el gobierno federal, en buscar la eficiencia en el desempeño gubernamental y con las medidas planteadas para combatir la corrupción. Sin embargo, dijo que sustituir a los actuales delegados federales por coordinadores estatales no es la solución, pues como está planteada la figura se pretende concentrar las facultades y funciones de los numerosos delegados federales adscritos a una entidad federativa en un solo funcionario que tendría múltiples y heterogéneas funciones administrativas, técnicas y políticas.
“La ruta para buscar la eficiencia no es el nombramiento de un coordinador estatal porque esto tiene un inconveniente político que va en contra del fortalecimiento del federalismo en la medida en que se crearía una figura prácticamente equiparable a la del gobernador con un manejo en términos absolutos mayor que el propio gobernador”.
En ese sentido, destacó que esa nueva figura supondría una involución en la solidez del sistema federal, debilitando así los equilibrios y contrapesos en la relación de los gobiernos estatales y municipales con la Federación.
De Hoyos sostuvo que es irrefutable que el país necesita de gobiernos locales y municipales fuertes, pues es justo en esos dos órdenes donde pueden potenciarse las capacidades para identificar las necesidades de la población y contar con las mejores aptitudes para atenderlas a través de la tarea de gobierno.
Para la Coparmex, enfatizó, parte de la solución pasa por una verdadera descentralización ordenada de facultades de la Federación a los estados y los municipios, como desde hace más de 30 años se hizo con el cobro de impuestos donde en nombre de la federación las autoridades locales ejercen facultades fiscales.
“El camino que tiene que seguirse no es crear nuevas figuras federales, sino celebrar convenios de coordinación con los estados, con los controles pertinentes, que permitan acercar a los ciudadanos los servicios diversos que ofrece la federación”.
Otra de las preocupaciones, dijo, es que a los coordinadores estatales se les delegue facultades en materia de seguridad pública, pues ello pondría en riesgo la cadena de mando en las autoridades militares y la eficacia del mando único del gobernador sobre las Fuerzas Armadas.
Es una medida claramente inoperante
El presidente nacional de Coparmex señaló que la figura de coordinadores estatales también presenta inconvenientes administrativos graves para la implementación de su estructura, pues concentrar el liderazgo de las tareas de más de 20 dependencias en una sola persona, sin duda supone una pérdida de especialidad y pericia lo cual podría traducirse en decisiones erráticas.
“Va a ser imposible que una sola persona, aun dedicada a 100% a esa tarea, aun con las mayores competencias profesionales y aun contando con el respaldo directo del presidente de la República pueda gestionar de manera efectiva los asuntos de 20 o hasta 50 delegaciones federales, lo único que generaría son cuellos de botella y eso causaría ineficiencias”.
Dijo que para los empresarios también dificulta la comunicación con el gobierno federal porque tener a un “superdelegado” no ayuda en nada a la gestión de la variedad de asuntos de los que estarán encargados.
Además, expuso que la medida de crear la figura de 32 coordinadores estatales podría generar incentivos para que se desarrolle en los cuadros medios del gobierno federal un enfoque partidario y con cálculo electoral de los programas federales, lo que puede traducirse en una severa afectación a la garantía democrática de equidad en futuras contiendas electorales, en la medida que las fronteras entre el gobierno federal y el partido en el poder, se podrían estar desdibujando.
Al ser personajes que compitieron en alguna elección podría generar dificultades para tener una relación fluida con los gobernadores con los que en su momento compitieron hace algunos meses, añadió el empresario.
Fuente: El Economista