Carlos Ferreyra
Con ese lema nos preparamos para transitar por el nuevo México, la Cuarta República o cuarta dimensión. Personalmente tengo algunas curiosidades:
1.- No lo he meditado bien, pero estoy a punto de lanzar una iniciativa para recolectar fondos destinados a Javidú, esa pobre víctima de las insolencias del poder, de los afanes de venganza y de la envidia que despiertan los exitosos.
Después de que la PGR en otro de sus acostumbrados actos mágicos debió recular para minimizar las acusaciones contra el ex gobernador de Veracruz, se intuye que el hombre podría carecer de fondos que le permitan reunirse con su amada, la señora que merece bienestar y lo espera paciente en una modesta vivienda del centro de Londres.
Mi idea es que hagamos una colecta para que el capital acumulado, unos dicen que 48 mil millones, otros aseguran que fueron nada más 30 mil millones de pesos, no se vea disminuido. Pagaríamos el vuelo en Primera Clase y le restaríamos presión a las autoridades judiciales que no saben cómo sacudirse a quien ahora consideran estorboso.
Y de acuerdo con la propia versión del ex mandatario estatal que el presidente Peña Nieto le reintegre los dos mil 500 millones de pesos que dice haber aportado para su campaña.
Por lo pronto y en forma legal, puede salir en libertad en cualquier momento y seguir su juicio sin agobios ni sustos. Bien por Javidú…
2.- No juzgo lo que ya tantos han condenado. Pero me indigna la forma en que la maestra Elba Esther Gordillo ha sido masacrada por todos los sepulcros blanqueados que atosigan las redes con sus comentarios imbéciles y fuera de lugar.
¿Por ser mujer es que la tratan así? Por supuesto que así es. Tenemos ejemplos tan acabados o más que el que comentamos y que, sin embargo, son evadidos, soslayados y hasta aplaudidos. Es otra forma de envidia que no se expresa con virulencia sino con la baba desbordada mirando los goces de la vida para quienes han sido audaces.
Pongamos el ejemplo más a la mano: Carlos Romero Deschamps quien gana poco menos de 50 mil pesos mensuales pero disfruta de las bondades de un sistema corrompido que le otorga el privilegio de usar aviones oficiales (de Pemex), poseer un yate familiar, sostener a un hijo con residencia veraniega en Florida donde se transporta en un Ferrari de colección, y una hija que se muestra vía redes, abrazando a un sato peludo, aplastadita en una butaca de su avión personal y recorriendo mundo. Sola, al parecer.
Tampoco olvidemos a Víctor Flores el líder de los ferrocarrileros cuya materia de trabajo fue vendida a los gringos por Ernesto Zerdillo que sin pudor alguno se inscribió primero como servidor de los nuevos dueños y terminó como amanuense contable de los mismos. Y socio, dice con orgullo.
Hay más pero el espacio es limitado y no queremos competir escribiendo una enciclopedia de roedores y otras plagas.
3.- Siento cierta indignación ante la insensibilidad de los compañeros de Notimex que celebran otro año más de vida de la agencia, pero sin recordar a dos personajes fundamentales en la existencia de la institución mexicana de noticias: Enrique Herrera Bruquetas y Miguel López Azuara.
Del primero se pueden engarzar historias sin fin. Fue el primer director, abrió las puertas a la información internacional y libró batallas, desgraciadamente perdidas, frente el poder de los Azcárraga y los Alemán que se oponían a que el responsable de la buena marcha de la agencia, elaborara historias sobre la marcha del mundo y la visión de las nuevas fuerzas en juego. Cuba, en este caso la revolución de los barbudos.
Del segundo puede mencionarse cómo se hizo cargo de una agencia sin recursos, creada como empresa privada, el rescate de manos de vividores y negociantes que la exprimieron hasta dejarla en total miseria, su reivindicación, la formación de una cadena de clientes formales, la creación de un noticiario de radio, cuando encadenar estaciones era tarea casi imposible.
La única cadena entonces era Radio México, La Hora Nacional cuya transmisión decía la voz popular unificaba a los mexicanos: todos apagaban sus aparatos.
Enfrentó la lucha por el poder entre Gobernación y Presidencia. En medio el solitario tuxpeño que debió abandonar a su pesar tan noble tarea. Le sucedió un amanuense de Bartlett que para garantizar la buena marcha (económica porque para entonces la metieron en el presupuesto nacional) todos los días iba, le servía de chofer llevándolo de Bucareli a Lomas de Chapultepec.
Veo con pena que a ninguno de ambos se les consideró dignos de participar en los festejos del medio centenario de Notimex. ¡Vaya pequeñez!