Los obispos católicos del Estado de Pensilvania se han comprometido a proseguir los cambios para que los abusos sexuales a niños no vuelvan a ocurrir, después de que el Tribunal Supremo de este Estado publicara un informe en el que acusa a más de 300 «sacerdotes depredadores» de abusar sexualmente de más de 1.000 víctimas menores de edad.
«Es doloroso para quien sea que lo lea, en particular para los supervivientes a los abusos sexuales y para sus familias», dice la Diócesis de Filadelfia en una declaración.
El obispo de Pittsburgh afirmó que en ningún modo se quiere «disminuir el dolor surgido», mientras que la diócesis de Scranton subrayó que es necesario combatir este crimen «para garantizar que ningún niño sea víctima de abusos y que ningún culpable sea protegido».
El Obispo de Harrisburg dijo que la Iglesia se compromete «a proseguir e intensificar los cambios positivos para garantizar que tales atrocidades no vuelvan a ocurrir nunca más».
Las ocho diócesis de Pensilvania respondieron al informe preparado por un gran jurado, encargado oficialmente según el derecho procesal estadounidense, en un procedimiento no público y con la ayuda de la policía, de investigar posibles comportamientos criminales.
La investigación fue abierta por el Fiscal General del Estado. Seis de las ocho diócesis de Pensilvania fueron investigadas, mientras que las otras dos ya habían sido objeto de investigaciones previas.
El gran jurado tardó dos años en completar el informe de 900 páginas. Se trata de abusos que tuvieron lugar en el Estado de Pensilvania y que fueron cometidos por miembros de la Iglesia Católica.
El expediente abarca los últimos 70 años, lo que ha permitido llevar a cabo una investigación sistemática, aunque no se hayan descubierto nuevos casos. Se encontraron 1.000 víctimas. Pero se estima que el número total es mayor.
El informe es el más completo elaborado jamás por una institución gobernativa en los Estados Unidos sobre casos de abusos. Además de los nombres mencionados en el dossier, emerge sobre todo la acusación de que la Iglesia tenía su propio «guión» para cubrir los casos.
Fuente: canalsur.es