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Sólo mis chicharrones: Carlos Ferreyra

Publicado por
José Cárdenas

Carlos Ferreyra 

 

1.- Eso decía el expresidente Vicente Fox, para luego agregar: truenan y fuerte.

Subí un video en el que una Universidad gringa, nuestro norte, nuestra orientación y guía en el pensamiento y la ciencia, alaba el chicharrón de puerco. Y de puerca, aclaro por razones de género.

No sólo lo elogia sino demuestra que es un alimento sano, con favorables efectos sobre nuestra salud. Y “lo más mejor” (atención paisanos de Michoacán) útil para quienes necesitan bajar de peso.

Combate el cáncer, refuerza el sistema muscular, los huesos. Tiene tantos beneficios que por conservarlos nada más en la memoria se me escapan.

Película y texto fue publicado como detalle curioso, sin trascendencia y sólo para nosotros los chicharroneros. O sea todos.

México, recuérdese es definido como un pueblo bicicletero o un pueblo chicharronero. A pesar de eso, no esperaba tal cúmulo de comentarios. Me siento acongojado tras repletar infinidad de espacios con sesudas consideraciones sobre la “actualidad actual”. En el país y en el mundo. Nunca tan pocas líneas merecieron tantas respuestas. Me servirá para reorientar prioridades y capacidades. Chicharronero, sin duda.

2.- En muchos días que guardé reposo víctima de alguien conocido como broconeumonía, sufrí una de las agresiones más infames que jamás hubiese imaginado.

Vía grabación, cada determinados minutos sonó el teléfono y al descolgar, ni siquiera al contestar, una voz femenina, metálica e impersonal, explicaba algo relativo al Buró de Crédito y después de preguntar sin esperar respuesta, si debo en mis tarjetas de crédito, ofrecía un descuento de hasta 85 por ciento… como suena, 85 por ciento menos del adeudo.

Evidentemente es una trampa, una forma de captar la atención de idiotas que se irán con la finta de que es posible transar a los bancos. Y en la experiencia perderán ¿cuánto? No sé, pero de que perderán no hay duda.

Con orgullo de macho audaz, recuerdo mi primera tarjeta de crédito con límite de diez mil pesos, en esos tiempos de la prehistoria un chorratal de dinero.

Mexicano al fin, con mis hijos iba a algún centro comercial y querían esto, lo compraba, querían lo otro, lo adquiría y así, hasta que vi que el adeudo rebasaba mis capacidades.

Me sentí víctima de una trampa y consulté cuál era la solución. Por deficiencias de los contratos, increíble tratándose de bancos, había dos caminos: negociar y pagar en abonitos con interés mensual, o mandarlos a ondear changos por la cola y no mirar la tarjeta endemoniada.

No voy a platicar cuál fue mi decisión, pero a partir de ese día dormí plácidamente, sin sobresaltos ni nervios por incapacidad para liquidar el asunto. El banco ni siquiera me peló, no tenían estructurada la red de telefonistas entrenadas por Al Capone que llaman y te informan que si no pagas te romperán las piernas, luego los brazos y finalmente pondrán una bomba en la escuela de tus hijos.

3.- Cada día me parece más antipática la política y más abusivos los que la practican. Nos miran, y sin ver reacciones, nos sueltan lo que quieren, como quieren y en el momento en que quieren.

¿A qué viene esto? A la cauda de decisiones anunciadas por el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, que han causado malestar y hasta indignación y que van desde el cargo a Porfirio Muñoz Ledo, adulto en plenitud versión foxiana, del otro señor traído de las catacumbas priistas, Manuel Bartlett y por si fuera poco asoma su trompita de cochinito de alcancía, René Bejarano.

Si había desconcierto por candidatos oportunistas que se treparon a la carreta de la nueva revolución (minúscula) a pesar de sus negros antecedentes, estos cargos de nivel superior causan más que desorientación. Bejarano, dice la voz popular, fue a la papelería próxima a donde mora con la Padierna, y compró todas las ligas en existencia. Busca más.

Renecito repletará las escarcelas de los delegados imperiales, los que administrarán recursos federales en los estados. Obvio, se trata de impedir que los gobernadores roben pero con la práctica del amigo de Carlos el argentino, es de temerse que se atorarán en un punto del camino.

3.- Revisarán exhaustivamente los contratos relacionados con el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México. Pero extienden carta blanca para Romo quien, precavido y luego de aceptarlo, rechazará el cargo de jefe del gabinete presidencial.

Conflicto de intereses, dicen unos; escogencia, dicen otros. Prefiere exprimir sus empresas con la cercanía al poder supremo, antes que meterse de burrócrata doce horas diarias en una oficina.

Y aguantar las intemperancias del patrón.

4.- Siento indignación por las referencias a Elba Esther Gordillo. País machista, de maricas de clóset, la tratan como si fuese la única dirigente gremial que merece juicio. Y no juicio legal, porque ya está exonerada. Sino juicio público, horca, hoguera, crucifixión…

La dureza que usan contra ella, no tiene nada que ver con la dulzura con que se refieren a Carlos Romero Deschamps, el principal huachicolero de la nación, el hombre que décadas ha medrado y exprimido las finanzas de Pemex donde está “el petróleo que es nuestro”.

La exhibición indecente de riquezas a cargo de sus hijos, avión privado para la niña y su perrito y la mansión floridana del bebé que se mueve en un Ferrari que cuesta nada menos que cinco millones de pesos.

Eso no ha merecido la sevicia, la violencia verbal y el odio traslucido contra Elba Esther. Y miren, los epítetos más duros provienen de las filas femeninas. ¿País de machos..?

carlos_ferreyra_carrasco@hotmail.com

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José Cárdenas