La verdad a medias es la más cobarde de las mentiras.

Mark Twain

 

Entre los escombros de los sismos de septiembre pasado quedó la perversidad de Morena, el partido de López Obrador que alzó la nariz para presumir ante la sociedad generosidad encomiable con las víctimas de aquella tragedia.

Sin embargo, el Instituto Nacional Electoral (INE)ha documentado que hubo plan con engaño y maña. Que se violó la legalidad.

Con el pretexto de ayudar en la emergencia, el partido de López Obrador echó a andar una ingeniosa estrategia para inyectar dinero en efectivo sin dejar huella, sin rendir cuentas a nadie y sin rebasar el tope de gastos de la campaña presidencial. Morena creo un fideicomiso (“Por los demás”) dizque civil, que recibió más de 78 millones de pesos en aportaciones, de los cuales 44 millones y medio fueron en efectivo. Los tutores del fideicomiso, y casi todos los donantes, son miembros distinguidos de Morena y fieles cercanísimos a López Obrador.

El INE tiene evidencia de que hay gato encerrado en la maniobra.

Con ayuda de autoridades bancarias, el Comité de Fiscalización del INE jaló del hilo. Encontró evidencia suficiente para demostrar que veinte personas acudieron a 16 sucursales de Banca Afirme, en la zona centro del país. Sólo en la sucursal San Ángel, el 28 de diciembre pasado, seis personas realizaron 28 operaciones consecutivas para depositar 50 mil pesos en efectivo, cada una. Un verdadero carrusel.

 

La multa de 197 millones 46 mil 415 pesos con 92 centavos, impuesta a Morena por el INE es una “vil venganza” clama el virtual presidente electo, quien, por cierto, aportó al fideicomiso cerca de medio millón de pesos producto de las regalías de su libro más reciente: “2018 La Salida. Decadencia y Renacimiento de México”.

 

Mientras, entre el extasis de la victoria aplastante y la agonía de los señalamientos de deshonestidad valiente, el golpe pega abajo del cinturón del Lic. López, aunque la presidenta de Morena, Yeidckol Polenvsky, reconozca que la regó y alegue que el drama es fabricado a modo de revancha por la austeridad que “mochará” salarios a los altos funcionarios del nuevo gobierno lopezobradorista. 

 

Si a la hora de aportar la discreción suele ser enemiga de la propaganda, en este momento, a la hora de litigar, la estridencia será la pasajera más incómoda…