Ejemplo de deportividad en el palco de honor del estadio Luzhnikí de Moscú. La presidenta de Croacia, Kolinda Grabar-Kitarovic y su homólogo de Francia, Emmanuel Macron, se fundieron en un abrazo una vez el colegiado Pitana señaló el final del partido, con victoria de los bleus por 4-2.
Grabar-Kitarovic no dudó en felicitar al instante a Macron, que celebró los goles con mucha efusividad así como toda la final durante los noventa minutos. La política croata, presente en todos los partidos de su país, se hizo famosa en el Mundial de Rusia por el apoyo incondicional a sus conciudadanos; siempre con la camiseta arlequinada roja y blanca. Junto a ellos, disfrutaron del encuentro el presidente ruso Vladimir Putin, que hizo de anfitrión, y Gianni Infantino, presidente de la FIFA.
Emocionada por la gesta de su país, no dudó en abrazar a todos los presentes en la celebración: desde jugadores a árbitros
En el momento de la entrega de trofeos, aparecieron los dos dirigentes dados de la mano. Emocionada por la gesta de su país, no dudó en abrazar a todos los presentes en la celebración: desde jugadores a árbitros.
La pasión de Grabar-Kitarovic llegó directamente hasta el vestuario croata, ya que en las semifinales bajó tras el partido a felicitarles personalmente. Kolinda también ha destacado por su ejemplar ejercicio de transparencia. La presidenta se descontó la parte proporcional de su sueldo para los días que ha pasado en Rusia apoyando a su selección.
Fuente: La Vanguardia
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