Estados Unidos, el “Big Brother” trasnacional, bendice la presidencia de López Obrador con gotas de Coca-Cola… exorciza los fantasmas del miedo…
Todos los hombres del presidente Trump alinean coordenadas para ubicar al nuevo gobierno de izquierda, con López Obrador a la cabeza.
La tropa de Trump promete salvaguardar intereses bilaterales comunes en materia de comercio, migración y sobretodo, seguridad, el asunto que más preocupa a la Casa Blanca.
Más allá del festejo por la visita fugaz, calificada como exitosa, respetuosa y cordial, el futuro canciller de López Obrador informó haber entregado un documento con peticiones específicas para el inquilino de la casa blanca, no aclaro cuales, sólo que se espera pronta respuesta. El muro de la ignominia no ensombreció la reunión de “pisa y corre” para home.
Más allá de protocolos legales, la presidencia de López Obrador fue bautizada por los pro-cónsules del emperador de la nueva Roma, me refiero a la avenida de Pensilvania 1600 y no a la calle de Chihuahua 216. Hasta entre barrios hay clases, ¿verdad?