Los focos activos que desde el pasado lunes llevan abrasando el territorio griego se han cobrado ya la vida de 80 personas y han dejado, por el momento, 187 heridos según ha informado este miércoles la portavoz del cuerpo de bomberos griego, Stavrula Marilli.
Del total de 187 heridos, 71 permanecen hospitalizados, de los cuales 10 siguen en estado crítico. Según ha informado el centro nacional de urgencias, se espera que al menos los 11 menores que todavía permanecen en el hospital, puedan recibir este mismo miércoles el alta.
Sin embargo, por el momento se desconoce con exactitud el número de personas desaparecidas, pues durante estos últimos días, las autoridades han recibido decenas de llamadas de familiares y amigos en busca de sus allegados. Por su parte, Evánguelos Burnús, el alcalde de la ciudad portuaria de Rafina, a unos 30 kilómetros de Atenas, ha declarado a la cadena de televisión privada Skai que el número de víctimas mortales podría alcanzar o incluso superar el centenar.
Los focos siguen calcinando los bosques, coches y viviendas que encuentran en su camino. Un primer incendio fue registrado en un bosque cerca de Kinetta, a unos 50 kilómetros del oeste de la capital, mientras que un segundo tuvo lugar en Peneteli, al norte de Atenas. El fuego rodea la capital y se extiende por otras zonas de la región de Ática. La mayor parte de víctimas fueron encontradas en el área que comprende entre el puerto de Rafina, a unos 30 kilómetros de Atenas, donde se ubica Mati, epicentro de la tragedia, y Nea Makri, a unos 10 kilómetros más al norte. Según han recogido medios griegos, fuentes del Gobierno heleno han registrado 47 fuegos en las últimas 24 horas.
Las autoridades, así como el cuerpo de bomberos griego, trabajan a contrarreloj para conseguir controlar la situación pero el balance de víctimas continúa aumentando y los equipos de emergencia alertan de que hay muchas zonas a las cuales todavía no han podido acceder.
Uno de los episodios más dramáticos que han vivido los bomberos fue el hallazgo de un grupo de 24 personas, entre ellas varios niños, calcinados y abrazados unos a otros en un descampado situado entre dos complejos de viviendas en la localidad de Mati. Se trataba de un terreno situado a tan solo 30 metros del mar, al que no alcanzaron a llegar debido al rápido avance de las llamas.
Otras personas que se encontraban en la zona en el momento que el fuego se acercaba, sí lograron salvarse metiéndose con botes en el mar, alrededor de 700 fueron rescatadas por la guardia costera en playas cercanas al puerto de Rafina. Sin embargo, otras no tuvieron tanta suerte y perecieron ahogadas en el mar en un intento de huir del fuego, con vientos que en ese momento llevaron las llamas hacia la costa. Las autoridades también informaron de la muerte de un menor que murió al caer contra las rocas al lanzarse al mar desde un precipicio en un intento de huir de las llamas.
El primer ministro griego, Alexis Tsipras, anunció tres días de luto y prometió que “nadie se quedará sin ayuda, nada se quedará sin respuestas”. A pesar de que evitó especular sobre el origen de los fuegos, el ministro de Orden Público, Nikos Roskas, sí sugirió que los incendios podrían haber sido provocados.
A pesar de que no hay una versión definitiva que logre esclarecer el origen de los fuegos, los primeros indicios apuntan a que, al menos en el cao de la región de Atica, habrían sido provocados. Para llegar a una resolución, la fiscalía ya ha iniciado las primeras investigaciones con tal de determinar las causas.
A la par que la desesperación y la preocupación, las especulaciones y hipótesis no paran de crecer entre los griegos. En una zona montañosa del oeste de Atenas, las llamas han arrasado un bosque protegido donde en 2017, varias empresas intentaron hacerse con los terrenos para construir minas de bauxita, la cual prolifera en esa área, pero se encontraron con la firme negativa de las autoridades.
Ante la situación devastadora, iniciativas privadas y vecinales, autoridades y organizaciones humanitarias han reaccionado rápidamente al trauma que sufre el país a raíz de los incendios. En las últimas horas los vecinos acudieron, tanto por iniciativa propia como llamados por ayuntamientos y organizaciones, directamente a la zona afectada para colaborar con la extinción de los incendios o a distintos puntos para ofrecer medicamentos, donaciones de sangre y productos de primera necesidad.
Muchas personas están abriendo sus hogares a los damnificados pero también negocios como hoteles, hospitales privados, supermercados, taxis o empresas de telecomunicaciones están al servicio de aquellos que lo necesitan en estos días de luto para Grecia. Después de destinar el pasado martes una ayuda inmediata de 20 millones de euros a los damnificados, el Gobierno ha decidido este miércoles dar otros diez millones para las víctimas.
En total, alrededor de 7.500 hogares se han quedado sin electricidad. La localidad de Mati, la más dañada y donde se han dado todos los fallecimientos, permanecerá previsiblemente sin agua durante 15 días y sin corriente eléctrica durante un mes. Según la primera evaluación de las autoridades locales, más de 2.500 viviendas han quedado completamente destruidas, mientras que otras 4.000 han sufrido daños graves.
Las tareas de extinción del fuego siguen en marcha para intentar controlar el que ha sido, por el momento, el mayor incendio en más de una década en Grecia, y uno de los más letales declarados durante el siglo XXI en Europa, después de los incendios de Portugal en 2017.
Fuente: La Vanguardia
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