Peter Diamandis —reconocido médico, empresario y ‘futurólogo’ estadounidense—, reunió 50 predicciones sobre avances tecnológicos que muy probablemente provoquen cismas en el mundo como lo conocemos hoy. Diamandis las publicó a finales de febrero y a partir de esa fecha inicié una serie de columnas dedicadas a describir y en algunos casos comentar sobre estas predicciones: parte I, 27 de febrero; II, 13 de marzo; III, 3 de abril; IV, 10 de abril; y V, 17 de abril. Hoy continúo con otras cuatro, en orden cronológico.
Para el año 2032, quienes apoyaron a Diamandis para proyectar los avances tecnológicos y su cronología anticipan que (siguiendo la numeración de las columnas anteriores): (39) Se demuestra que se pueden utilizar nanorobots médicos para mejorar el sistema inmunológico. Una cosa es que puedan existir robots lo suficientemente pequeños para llevar a cabo una cirugía, como las que ya algunos neurocirujanos han utilizado en materia oncológica para extirpar tumores cancerosos en algunas partes del cerebro -inyectando nanorobots que identifican los límites entre el tejido canceroso y el sano, para mitigar el daño que se puede causar al cerebro y afectar su funcionalidad-, y otra cosa es que ya vivan en nuestro cuerpo de manera permanente o casi permanente para combatir las enfermedades. En mi opinión, esta predicción tiene una gran relevancia en uno de los sentidos filosóficos más profundos sobre el papel de la inteligencia artificial y los robots. Existe la idea de que eventualmente los robots serán superiores a los seres humanos en varios aspectos y que inclusive decidan acabar con la humanidad. No por nada se han producido películas como ‘The Terminator’ (1984), entre muchas otras. En este sentido, aunque los robots puedan sufrir descomposturas o ser afectados virus cibernéticos, los robots ‘no se enferman’ de gripe o de diarrea. Así, la incorporación de nanorobots para mejorar nuestro sistema inmunológico mejorará la funcionalidad del ser humano, disminuyendo las diferencias entre la superioridad de los robots -al menos en este aspecto-, sobre la raza humana. En mi opinión, un tema a reflexionar entonces es si con esta especie de simbiosis -a quienes algunos llaman ‘Singularidad’-, tal vez el ser humano podrá ser mucho más poderoso de lo que es hoy y entonces la probabilidad de que se materialice el escenario catastrófico en el que se visualiza a los robots tomando el control del mundo y acabando con la raza humana, disminuye significativamente. La ‘Singularidad’ -concepto acuñado por el matemático John von Neumann en 1954-, en donde humanos y robots conviven en una relación simbiótica-, será la siguiente gran evolución del ser humano;
(40) La mayoría de los seres humanos profesionistas ya contarán con modificaciones a nivel de la corteza cerebral, incluyendo la incorporación de co-procesadores -para procesar (valga la redundancia), los datos, imágenes y sonidos mucho más rápido de lo normal-, y comunicación directa con el Internet en tiempo real. Imagínense que con solo pensar pueda uno hacer una búsqueda en Google, visitar una página de Internet, etc., sin necesidad de utilizar una computadora o un teléfono celular; (41) se generaliza la utilización de robots ‘avatar’. Claramente no me refiero a los esas imágenes caricaturescas con similitudes a una persona utilizadas para expresar alguna emoción o situación en las redes sociales o videojuegos, también llamados ‘avatar’, sino a realmente me refiero a lograr teletransportar nuestra ‘conciencia’ a localizaciones remotas, sin tener que ir ‘personalmente’; (42) los robots se vuelven muy comunes en cualquier lugar de trabajo, eliminando cualquier trabajo manual o repetitivo (e.g. recepcionistas, guías de turistas, operadores de autos, camiones y maquinaria, pilotos, albañiles y demás trabajadores de la construcción).
Todavía faltan ocho predicciones, que continuaré describiendo y comentando en algunas semanas más. Lo que les garantizo es que estas predicciones cada vez son más alejadas de la realidad que vivimos hoy en día y sí generan ciertas emociones difíciles de expresar.
Twitter: @G_Casillas
* El autor es director general adjunto de Análisis Económico y Relación con Inversionistas de Grupo Financiero Banorte y presidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del IMEF.
