A mediados de 1991 un nutrido grupo de intelectuales, representantes de la sociedad civil y la comunidad cultural y académica solicitaron al entonces Presidente de la República utilizar la concesión del Canal 22, entonces incorporado al Instituto Mexicano de Televisión, para “convertirlo en un canal no comercial de interés público y de contenido cultural”.Hubo intensos debates en torno a diferentes aspectos relacionados con el financiamiento, la administración, la organización y la programación del Canal, entre otros temas. Finalmente se entregó al Ejecutivo el proyecto de la nueva emisora. Una vez aprobado éste, se nombró director general a José María Pérez Gay.
La historia del Canal 22 nos dice que siendo las 19.45 horas del 23 de junio de 1993 dieron formal inicio las transmisiones del nuevo y flamante medio de comunicación. La emisora principió operaciones oficialmente con un mensaje que el entonces Presidente de la República, dirigió a la nación. En éste, el primer mandatario señaló que esa fecha marcaba el momento en que Canal 22 asumía el compromiso de contribuir a “hacer accesible a los telespectadores el dilatado horizonte del saber, la reflexión, las artes, así como la cultura de México y la de todos los pueblos de la Tierra”.Inmediatamente después, los televidentes disfrutaron de un programa estelar: la conversación entre Silvia Lemus y el Premio Nobel de Literatura y creador del realismo mágico, Gabriel García Márquez, en la ciudad de Cartagena de Indias, Colombia. Esa entrevista se convirtió en la primera de una serie emblemática para Canal 22: Tratos y retratos.Se trataba de hacer una televisión con mensajes diferentes a los de las ya muy conocidas estaciones de la televisión comercial. Se trataba de llegar a grandes audiencias para comunicarles que hay un México cultural en cada ser humano, en cada casa, en cada escuela, debajo de cada piedra. Se trataba, en fin, de hacer de la televisión un arte.
El propósito de Canal 22 es mostrar, divulgar, valorar y difundir el arte, la ciencia y la cultura, con los valores democráticos —como la diversidad, la creatividad, la crítica, la honestidad, la imparcialidad, el respeto y la veracidad—, en búsqueda permanente de la integración social y la construcción de un espacio de comunicación incluyente.
Comprender la cultura es más que un pasatiempo; es un compromiso moral, sobre todo si entendemos que es la raíz primera y la más honda de la identidad nacional. La historia nos ha demostrado que sólo los pueblos que han sabido preservar y tonificar su cultura pueden librarse del aislamiento para acceder al futuro. Por ello es imprescindible que los mexicanos, principalmente los gobernantes entiendan y quieran a México
La cultura es, por tanto, una compleja gama de símbolos y valores que la comunidad gesta y desarrolla, recrea, preserva y enriquece y con la cual se identifica y se vincula incorporándola, integrándola a su modelo social de vida.
La cultura quiere decir el sueño compartido, la inagotable energía, el poder de la creación estética, el milagro de la belleza. La cultura popular ha sobrevivido a todas las tempestades, porque el proceso de recreación le devuelve a cada instante la posibilidad del florecimiento.
México, nuestro país, es uno de los ejemplos más claros del impulso de los herederos de la grandeza humana y la perfección estética: mosaico plural y diverso de expresiones minúsculas y de mentalidad cósmica, de creencias y búsquedas, de diferencias y acercamientos que se funden cada día en un sólo crisol que continúa vivo para robustecer nuestro destino como nación madura, plena de posibilidades.
Para definir nuestro perfil de mexicanos tenemos que mantener vivo el espíritu vigoroso y fecundo de la tierra múltiple; debemos preservar y consolidar la expresión auténtica, la dignidad del lenguaje, el trazo firme, la comunicación directa, el tono del color y el ritmo de la melodía que queremos. Por supuesto que hablo de la Cultura, con mayúscula.
Tenemos que acudir a la cultura, que es nuestra única opción. Sólo con esa mira lograremos conservar lo perdurable y trascendente, el mensaje que, en el decurso de la historia, paso a paso, nuestros antepasados han logrado transmitir para que las nuevas generaciones lo repitan y renueven.
El Canal 22 está empeñado en hacer de la televisión un deleite para las audiencias infantiles. La niñez es nuestra meta más preciada porque es el futuro de México. Por consecuencia su pensamiento y su actitud deben ser siempre positivos.
Los esfuerzos de Canal 22 a lo largo de este cuarto de siglo se sustentan en la hipótesis de que la cultura de todo pueblo se conforma por sus creencias y comportamientos, por la manera en que transforma su entorno, por sus cosmovisiones, por sus tradiciones y por las manifestaciones artísticas que emergen de él. Por lo anterior, la cultura es el conjunto de rasgos distintivos de cada nación. Por medio del quehacer cultural, el ser humano se expresa y toma conciencia de sí mismo y del grupo al que pertenece.
Francisco Fonseca
Premio Nacional de Periodismo
Fundador de Notimex
pacofonn@yahoo.com.mx