Un museo y un monumento en tributo a las 49 víctimas de la masacre de 2016 en un bar de homosexuales en Orlando (Florida) fue desvelado con la presencia de sobrevivientes, familiares de las víctimas y funcionares del gobierno local.
Con la inauguración, Barbara Poma, dueña del antiguo bar Pulse, abrió de nuevo las puertas del lugar al público, el cual se había mantenido cerrado desde el día de la masacre, durante una fiesta latina celebrada el 12 de junio de 2016.
«Es nuestro legado para todas las generaciones futuras, y nos va a llevar a todos a hacer las cosas bien», expresó Poma durante el acto.
Este «santuario de reflexión y amor», a cargo de la Fundación onePULSE, consta de amplios jardines, una pared con los nombres de las 49 víctimas grabados, y un muro para dejar ofrendas y flores.
También incluye áreas que recuerdan el tiroteo, como los huecos en las paredes que hicieron las autoridades para rescatar aquellos que se ocultaron en un baño.
El edificio está rodeado de paneles llenos de fotografías que muestran la respuesta mundial de solidaridad ante la tragedia, las vigilias en honor de los muertos, como también artefactos recopilados del Centro de Historia del Condado de Orange.
Poma rindió tributo a los muertos, los sobrevivientes, sus familias, los líderes comunitarios de Orlando, como también a los miembros de la fundación, los cuales, dijo, se han convertido en su «familia».
La Fundación, que trabaja en el diseño del monumento permanente, señaló que el antiguo bar es ahora un lugar especial no sólo para la historia del centro de Florida, sino para la historia de todo el país.
La noche del 12 de junio, el estadunidense de origen afgano Omar Mateen, de 29 años, ingresó en la discoteca Pulse y disparó con un rifle de asalto contra los asistentes al local, donde se celebraba una fiesta latina.
Fuente: Milenio