El Gobierno no ha asistido al acto, consideran que la Generalitat se le ha intentado imponer el nivel de delegación gubernamental. Rivera tras reunirse con Rajoy: «He pedido que se mantenga el 155 para defender los derechos de los catalanes». Quim Torra ha prometido su cargo como presidente catalán desde el Saló Verge de Montserrat del Palau de la Generalitat, en un acto atípico, desprovisto de la liturgia habitual y sin representantes del Gobierno, que considera que esta ceremonia «degrada la propia dignidad de la institución».
En un acto de apenas tres minutos Quim Torra ha tomado posesión como presidente de la Generalitat, con una fórmula que promete ejercer «con fidelidad a la voluntad del pueblo de Cataluña representado por el Parlament», emulando la frase de su antecesor, Carles Puigdemont, sin aludir a la Constitución, al Estatut y al Rey.
En el Salón Virgen de Montserrat del Palau con la bandera catalana, el secretario del Govern, Víctor Cullell, ha sido el encargado de leer el decreto de nombramiento, y Torra ha renunciado a colocarse la medalla de presidente que sí se habían puesto sus predecesores. Ha asistido el presidente del Parlament, Roger Torrent, mientras que no ha acudido ningún miembro en representación del Gobierno central por considerar que el modelo del acto degrada «la dignidad de la institución». Sin la medalla de president Los únicos cargos institucionales han sido Torrent, Torra y Cullell: el resto de asistentes han sido siete familiares del presidente –su mujer, su madre y hermanos, entre otros– con los que se ha saludado al acabar la toma de posesión.
No ha habido ni retrato del Rey ni más banderas que la catalana, y la medalla de presidente ha estado en todo momento encima de la mesa, pero Torra no se la ha puesto en ningún momento para simbolizar que defiende que pertenece a Puigdemont. Cullell ha leído el decreto de nombramiento, aludiendo a que ha sido firmado por el Rey Felipe y «refrendado» por el Gobierno central, y después el propio Torra ha pronunciado la fórmula para prometer el cargo, cuando lo habitual era que lo hiciera el presidente del Parlament.
«Suerte a todos» Roger Torrent, situado al lado de Quim Torra, no ha tomado la palabra, y al finalizar se ha dado la mano con el presidente de la Generalitat, que le ha dicho: «Muchas gracias presidente. Suerte a todos», y después Torra ha dado la mano a Cullell. La imagen elegida para presidir el acto ha sido un cuadro de Sant Jordi, y el salón donde se ha celebrado ha sido el mismo que eligió el presidente Artur Mas para firmar el decreto de convocatoria de la consulta del 9 de noviembre de 2014 -el decreto de convocatoria del 1-O se firmó en el Parlament-. Torra y Torrent han lucido en la solapa de la americana el lazo amarillo, el símbolo que utiliza el soberanismo para reclamar la libertad de los presos independentistas.
Precedentes Hasta el Govern de Puigdemont, la toma de posesión del presidente había seguido un mismo esquema: el presidente del Parlament preguntaba al investido si prometía «cumplir fielmente las obligaciones del cargo de presidente de la Generalitat de Cataluña con fidelidad al Rey, a la Constitución, al Estatuto de Autonomía y a las instituciones nacionales de Cataluña». Pero en la toma de posesión de Puigdemont, en enero de 2016, la entonces presidenta del Parlament, Carme Forcadell, le preguntó si prometía «cumplir lealmente las obligaciones del cargo de presidente de la Generalitat con fidelidad a la voluntad del pueblo de Cataluña representado por el Parlament», sin aludir al Estatut, la Constitución y el Rey.
El Gobierno no ha asistido El Gobierno no asistirá a la toma de posesión del presidente electo de Cataluña, Quim Torra, porque «desde la Generalitat se le ha intentado imponer el nivel de la delegación gubernamental, cosa que no ha aceptado», han informado fuentes del Ejecutivo. Asimismo, el Gobierno considera que «el modelo de acto organizado por la Generalitat degrada la propia dignidad de la institución».
Fuente: 20 Minutos