Debilitado por una condena judicial a su partido por corrupción, el presidente de gobierno español, Mariano Rajoy, se juega su supervivencia política en el Parlamento, que este jueves debate una moción de censura promovida por la oposición socialista para echarlo del poder.
“Su permanencia al frente de la presidencia del Gobierno es dañina, y es un lastre no sólo para España sino para su partido”, le espetó a Rajoy el líder socialista Pedro Sánchez, quien lo reemplazará en el cargo si gana la moción.
“Aquí de lo que se trata es de que el señor Sánchez llegue. Todo lo demás es literatura (…) lo importante es que llegue, eso sí, sin pasar por las urnas”, le recriminó Rajoy, cuya suerte la decidirá la Cámara Baja con su voto el viernes.
En la sesión, los nacionalistas vascos del PNV dieron su apoyo a la moción de censura, otorgándole los votos decisivos para que tenga éxito. Salvo un cambio de última hora en algún partido, Rajoy, que se niega a renunciar, deberá dejar la presidencia, que ocuparía, presumiblemente a partir del lunes, el propio Sánchez.
La iniciativa fue presentada por los socialistas el viernes pasado, ante la sentencia del caso Gurtel, una trama de corrupción en la que una serie de empresas sobornaron a responsables del Partido Popular de Rajoy para obtener contratos públicos entre 1999 y 2005.
Además de condenar a 29 personas a 351 años de prisión, incluida una docena de exdirigentes del PP, la sentencia obligó al partido a pagar 245.492 euros como “partícipe a título lucrativo” de la trama corrupta, y dio por probado que el PP tuvo una caja negra desde 1989.
Igualmente, puso en duda la credibilidad de Rajoy, quien como testigo dijo ante los jueces que ignoraba cualquier financiación ilegal de la formación.
En días anteriores, los analistas daban pocas posibilidades de éxito a la moción de censura, pero en las últimas horas el viento cambió de dirección. Y los ánimos estaban bajos en las filas del PP este jueves en la cámara.
Un estrecho colaborador de Rajoy comentó que el debate parecía más bien “una moción de tortura”, aunque insistió, al igual que otros responsables conservadores, en que no va a dimitir.
Por su lado, Sánchez, muy combativo, lanzó distintos mensajes a los partidos regionales, que resultarán decisivos en la votación.
El líder del Partido Socialista Español (PSOE) Pedro Sánchez se dirige a los legisladores durante el primer día de una moción de censura contra el presidente Mariano Rajoy, en el Parlamento español en Madrid, el jueves 31 de mayo de 2018. AP El líder del Partido Socialista Español (PSOE) Pedro Sánchez se dirige a los legisladores durante el primer día de una moción de censura contra el presidente Mariano Rajoy, en el Parlamento español en Madrid, el jueves 31 de mayo de 2018. AP
El líder del PSOE ofreció así “tender puentes” con el presidente independentista catalán Quim Torra, al que pocos días antes había tachado de “supremacista”.
Y sobre todo, prometió, “por responsabilidad de Estado”, mantener los presupuestos para 2018 elaborados por el gobierno de Rajoy, aprobados la semana pasada en la cámara baja y pendientes de tramitación en el Senado.
Este gesto fue recibido como un guiño al Partido Nacionalista Vasco (PNV), que gobierna esta región del norte de España y obtuvo en los presupuestos un valioso paquete de 540 millones de euros de inversiones en infraestructuras.
Las intervenciones de la mañana fueron una auténtica batalla dialéctica entre Sánchez y Rajoy, un veterano político que en los últimos años sobrevivió a la peor crisis política en cuatro décadas, el desafío separatista catalán, y la peor crisis económica también en décadas.
“Su soledad, señor Rajoy, constituye el epitafio de un tiempo político, el suyo, que ya se ha terminado”, afirmó Sánchez, de 46 años.
“Dimita, señor Rajoy, su tiempo acabó. Dimita y esta moción de censura habrá terminado aquí, hoy y ahora”, retó el líder socialista, quien rechazó que se obligue a España a “a elegir entre corrupción y estabilidad, porque no hay mayor inestabilidad que la que emana de la corrupción”.
Rajoy, de 63 años y en el poder desde 2011, buscó tachar la moción como “un ejercicio de oportunismo al servicio de una ambición personal” de Sánchez.
“Ustedes mienten. No se puede venir al congreso de los diputados a mentir”, refutó Rajoy, afirmando que en la sentencia de Gurtel, que será recurrida, “no existe una línea (…) donde figure una condena penal al gobierno de España o al PP”.
Con ayuda del PSOE y el probable apoyo de otras formaciones, entre ellos dos partidos separatistas catalanes, Sánchez llegaría a los 175 votos, uno menos de los 176 necesarios para aprobar la moción.
En el transcurso de la sesión, los nacionalistas vascos del PNV dieron su apoyo a la moción de censura presentada por los socialistas para desalojar del poder al presidente Rajoy, otorgándole los votos decisivos para que tenga éxito.
“Creemos que respondemos a lo que mayoritariamente demanda la ciudadanía vasca y al mejor ejercicio de la responsabilidad votando sí”, dijo Aitor Esteban, portavoz del PNV, cuyos cinco votos garantizan en principio la mayoría absoluta para que la moción salga adelante en la votación prevista para el viernes.
Todos los aliados potenciales de Sánchez rehúsan llamar a elecciones inmediatamente, algo que reclama el partido liberal Ciudadanos (32 diputados), con el viento a favor según encuestas. Ferviente opositor de los privilegios fiscales del País Vasco y de los independentistas catalanes, critica a Rajoy pero rehúsa hasta ahora apoyar al PSOE.
Fuente: Nación.com