Ana Paula Ordorica
Después de casi dos semanas de negociaciones y encuentros a diario en Washington D.C entre los ministros de México y Canadá con el encargado comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, llegó el ultimátum de Paul Ryan, líder de la Cámara de Representantes.
Este ultimátum fue dirigido a Trump, pero fue una estocada para México y Canadá también porque rompió la inercia que traían en las negociaciones. Ryan puso como fecha al gobierno de Trump para mandar aviso al Congreso de que recibirá la propuesta del TLCAN renegociado el 17 de mayo.
Esta fecha tiene que ver con los tiempos legislativos de Estados Unidos. La autoridad de Trump para renegociar este y otros acuerdos comerciales se rige bajo la regla ‘Fast-Track’ del TPA (Trade Promotion Authority). Ésta exige al ejecutivo avisar con 90 días de anticipación al legislativo su intención de renegociar. Una vez concluidos esos 90 días, el congreso estadounidense puede responder con un simple sí o no a lo renegociado. Por eso es Fast-Track.
Una vez que vota el legislativo, si el voto es positivo, Trump lo puede firmar y entonces lo pueden firmar México y Canadá de acuerdo con nuestros propios procesos legislativos.
Pero en el caso de Estados Unidos, Paul Ryan sabe que su partido, los republicanos, pueden perder la mayoría en las elecciones del 6 de noviembre y, para no dejar las negociaciones en manos de los demócratas – que son menos afines al libre comercio – Ryan invita a Trump a renegociar ya.
Esta presión llegó en uno de los momentos más complejos de las negociaciones trilaterales. Justo cuando se están discutiendo dos temas muy delicados sobre todo para México: las reglas de origen del comercio automotriz y los salarios del mismo sector. En ambos temas el gobierno estadounidense pide demasiado al mexicano; los negociadores de México han cedido, pero se han dado cuenta que Estados Unidos no quiere negociar; quiere imponer.
Quiere imponer en el tema automotriz pero también en el agrícola; en dejar la ‘Clausula Sunset’ que permitiría terminar o renovar el TLCAN cada 5 años con lo que pierde su atractivo de estabilidad…todo bajo la premisa de que México y Canadá han abusado de Estados Unidos vía el TLCAN y por ello ahora es momento de pagar de regreso.
La situación es demasiado compleja y parece que los tiempos han rebasado a los negociadores por los calendarios políticos de México y EUA. Además, Canadá, al no tener tanto interés en la renegociación automotriz, ha adoptado la postura de mantenerse al margen en este segmento de las discusiones, dejando solo a México.
Ahora, por extraño que suene, el destino del TLCAN queda en manos de China; de lo que ocurra con las negociaciones que tienen desde ayer la delegación que encabeza el Vice Ministro chino Liu He con Lighthizer y el Secretario de Comercio, Wilbur Ross, también en D.C.
Si logran resolver sus tensiones comerciales, entonces Trump puede buscar mantener la inercia y apresurar cerrar la renegociación del TLCAN. Pero si al gran negociador que se considera es Trump, no le salen las cosas en estos días con los chinos, muy probablemente querrá voltear y desquitarse con México y Canadá y finalmente enviar el tuitt anunciando su salida del TLCAN.
Como sea, los tiempos no dan para una renegociación final antes del viernes, ni parecen darlo para antes del 1º de julio.
Apostilla: hablando del 1º de julio, un grupo de más de 300 galeristas; diseñadores; artistas plásticos, han formado un chat de Whatsapp llamado VOTA X EL AMOR. En el chat invitan a diseñar carteles a favor de Andrés Manuel López Obrador con esa leyenda: VOTA X EL AMOR para poder ser replicadas en redes sociales y expuestas en el Amor Fest el 2 de junio. Invitan a marchar a favor del candidato y a conformar brigadas para cuidar el voto en casillas que anticipan serán conflictivas. Mencionan dos casillas ubicadas en la CDMX en específico: una en Bosques de las Lomas y otra en Lomas de Chapultepec.