Luis Posada Carriles murió en la madrugada de este miércoles a los 90 años. Fue un activista cubano y uno de los mayores opositores al régimen de los hermanos Castro en la isla.
«Falleció cerca de las 5 de la mañana en un hogar del gobierno para veteranos», localizado en Miramar, confirmó su abogado Arturo Hernández. «Ya venía enfermo bastante tiempo», dijo según declaraciones recogidas por El Nuevo Herald.
El mismo diario consignó que su salud se había deteriorado tras sufrir un cáncer de la garganta. Además, en 2015, sufrió varias fracturas en un accidente automovilístico.
«Lo siento mucho porque yo pasé cinco años de mi vida defendiéndolo y en ese tiempo se manifestó como una gran persona, por lo menos trató de hacer algo por Cuba», señaló Hernández.
El día que murió Fidel Castro, Posada Carriles contó que «al principio sintió alegría, después no» e indicó que esperaba desde hacía mucho tiempo que Castro falleciera.
«Es una muerte injusta. En el mejor hospital de Cuba, con los mejores médicos y las mejores medicinas. Eso no era lo que debía ocurrirle», añadió el opositor.
Posada Carriles reconoció también que quiso matar al líder cubano varias veces, pero el «destino» no quiso ayudarle. «Castro buscaba la oportunidad para matarme a mí y yo para matarlo a él», dijo.
Posada Carriles estaba considerado uno de los más enconados enemigos del régimen cubano e hizo de su vida un intento constante de asesinar al ex gobernante fallecido en 2016.
En el año 2000 Castro denunció un plan para asesinarlo en Panamá, donde asistía a una Cumbre Iberoamericana. Posada Carriles fue detenido por ese motivo, aunque la entonces presidente, Mireya Moscoso, lo indultó antes de dejar el mando, tras lo cual viajó a El Salvador y de ahí entró a Estados Unidos en 2005 de manera ilegal, por lo que debió enfrentarse a la justicia de este país.
Fuente: Infobae