El presidente francés, Emmanuel Macron, ha cometido un error de traducción en su visita a Australia al llamar «deliciosa» (delicious) a la esposa del primer ministro australiano, Malcolm Turnbull, Lucy. A la prensa australiana le ha encantado la anécdota e incluso algún periódico la ha llevado a portada. Macron se ha tomado con humor las bromas que ha suscitado su desliz.
Ayer miércoles, al término de una rueda de prensa conjunta poco antes de que acabara su visita oficial a Australia, Macron alabó en inglés la buena comida y el vino que había disfrutado en su viaje. «Gracias a ti y a tu deliciosa esposa por su cálida bienvenida», concluyó Macron antes de chocar la mano de Turnbull, que se mantuvo impertérrito a pesar del error en el calificativo.
El mandatario francés, que habla un inglés fluido, quiso decir encantadora, que sería delightful o lovely en inglés. Sin duda, Macron cayó en un false friends, es decir, palabras que se confunden por sonar similar en otro idioma, pero que tienen un significado diferente. En francés existe delicieux, que significa deliciosa, pero también encantadora.
El tabloide australiano Daily Telegraph ha hecho chanza del error con un montaje que, bajo el titular Presidente Pepe Le Pew, muestra a Macron chocando la mano con Turnbull con la cabeza y la cola del popular personaje animado de Looney Tunes, la mofeta que en España se conoce como Pepe L’Amour. «Ooh la la!», añade el tabloide para burlarse del «deliciosamente delicioso error de Macron».
«Un diario se burló y me hizo reír un montón, especialmente porque el personaje animado tiene acento francés», dijo Macron antes de partir hacia Nueva Caledonia, territorio francés del Pacífico que celebrará un referéndum de independencia en noviembre. El fotógrafo oficial de Macron publicó una foto del presidente riéndose de la primera página en la habitación de su hotel.
El fallo también levantó revuelo en las redes sociales, donde pronto se popularizó la etiqueta #deliciouswife, con usuarios que calificaron el desliz como «papelón» o «perdido en la traducción», mientras que otros que criticaron el tono del presidente francés. «Tonterías. No hubo error de traducción. Simplemente viejo sexismo y ser francés ya no es excusa», ha dicho en Twitter el periodista y escritor Michael Balter.
No es la primera vez que un comentario fuera de lugar ha eclipsado a los asuntos oficiales en una visita de Estado, aunque el de Macron haya sido no intencionado. El año pasado, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, elogió a la primera dama francesa, Brigitte Macron, por estar en «tan buena forma».
Fuente: El País