El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, saludó este lunes la mudanza a Jerusalén de la embajada de su país y aseguró que marca «un gran día para Israel», pese a los enfrentamientos violentos que han surgido en la Franja de Gaza.
LIVE: U.S. declares its Jerusalem embassy open https://t.co/t3zeT0Ve6D
— Reuters Top News (@Reuters) May 14, 2018
El ministerio de Salud de Gaza anunció que al menos 25 palestinos que protestaban contra el traslado a Jerusalén de la embajada de Estados Unidos en Israel murieron víctimas de disparos de soldados israelíes.
En un mensaje en Twitter, el mandatario estadounidense no hizo referencia a la violencia y en cambio invitó a sus seguidores a ver en vivo la ceremonia de inauguración de la sede diplomática.
U.S. Embassy opening in Jerusalem will be covered live on @FoxNews & @FoxBusiness. Lead up to 9:00 A.M. (eastern) event has already begun. A great day for Israel!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) May 14, 2018
Ivanka Trump y Jared Kushner, hija y yerno y consejeros del presidente estadunidense, participarán, junto con cientos de dignatarios de ambos países, en la ceremonia, considerada por muchos como un desafío a la comunidad internacional en un momento de gran preocupación por la estabilidad en la región.
La tensión crece en Jerusalén ante la apertura oficial de la Embajada de EU
Jerusalén recibe este lunes la Embajada de Estados Unidos en Israel —trasladada desde Tel Aviv por una decisión de la Casa Blanca que ha roto el consenso internacional— en un ciclo de varias semanas de tensión. Decenas de miles de nacionalistas israelíes desfilaron el domingo con la bandera de la estrella de David por el barrio musulmán de la Ciudad Vieja para conmemorar su conquista en 1967. El Ejército ha duplicado el despliegue en torno a Cisjordania y Gaza ante el previsto auge de una ola de protestas palestinas que amenaza ahora con desbordarse.
La Embajada de Estados Unidos en Jerusalén abrirá sus puertas de forma provisional en una oficina consular ya existente en un distrito periférico del sur de la ciudad. Se ubicará en plena Línea Verde, la tierra de nadie o zona tapón que separó la parte occidental —donde Israel instaló su capital tras su nacimiento, hace hoy 70 años— de la zona Este —entonces con mayoría de población palestina y bajo administración jordana—, que incluye la Ciudad Vieja y los santos lugares de las tres religiones monoteístas.
La tensión emergió ya a primera hora de la mañana en la Explanada de las Mezquitas, tercer lugar más sagrado del islam donde se localizan el templo de Al Aqsa y el emblemático santuario de la Cúpula de la Roca, y a cuyos pies se sitúa el Muro de las Lamentaciones, el principal lugar de rezo del judaísmo.
La presencia de centenares de visitantes judíos en el recinto musulmán provocó enfrentamientos entre la policía israelí y miembros del Wafq, la fundación islámica tutelada por el rey de Jordania que gestiona la Explanada, que se saldaron con varias detenciones de palestinos. La tensión se multiplicó cuando un grupo de adolescentes comenzó a rezar en su interior, pese a la prohibición expresa del rabinato.
Un total de 1.620 judíos —una cifra con escasos precedentes en un mismo día desde 1967— visitó el lugar sagrado, según la información recabada por el diario Haaretz. Cualquier variación del statu quo en la Explanada de las Mezquitas amenaza con desembocar en disturbios ante la extrema sensibilidad religiosa que suscita en ambas confesiones. Para el judaísmo, se sitúa precisamente sobre los restos de los templos bíblicos de Jerusalén. El pasado mes de julio estalló una ola de protestas que no cesó durante dos semanas hasta que las autoridades israelíes retiraron los arcos detectores de metales que habían colocado en sus accesos.
A primera hora de la tarde, miles de participantes nacionalistas en la llamada Marcha de la Bandera del Día de Jerusalén se concentraron ante la Puerta de Damasco, la puerta principal de acceso al barrio histórico musulmán. Un gran despliegue de policías y de agentes de fronteras (cuerpo militarizado) supervisó la marcha israelí a través de las calles de la Ciudad Vieja. Al contrario que anteriores ediciones, numerosos comerciantes palestinos mantuvieron abiertos sus establecimientos pese a la advertencia policial de que los cerraran para evitar choques con los manifestantes.
El Ejército ha advertido a la población del enclave costero, mediante octavillas escritas en árabe lanzadas desde aviones, de que no se acerque a la valla de separación. “Se ha previsto un aumento de las unidades de combate, fuerzas especiales, servicios de inteligencia y compañías de francotiradores”, precisó un comunicado castrense. Las maniobras y ejercicios programados han sido suspendidos para poder afrontar unas protestas a las que han sido llamados decenas de miles de palestinos.
Fuente: El País/MVS