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Cómo algunas personas evitan tener problemas por su raza en Estados Unidos

Publicado por
Aletia Molina

El arresto de dos hombres negros en abril pasado dentro de un Starbucks del centro de Filadelfia rápidamente generó acusaciones de racismo. Después de ese incidente, les preguntamos a nuestros lectores de Estados Unidos si creían que en alguna ocasión su raza había aumentado las sospechas que despertaban en otras personas durante sus actividades diarias.

Desde entonces, se han divulgado situaciones similares como el de una estudiante blanca de Yale que llamó a la policía del campus cuando vio a una estudiante negra de posgrado que estaba durmiendo en la sala común de su dormitorio y el interrogatorio que sufrieron unos huéspedes de raza negra de Airbnb en California.

A continuación presentamos algunas de las respuestas de nuestros lectores.

‘Pongo mi tarjeta American Express Platinum cerca de mi licencia para conducir’.

“Pongo mi tarjeta American Express Platinum cerca de mi licencia de conducir para que los agentes de policía puedan ver que soy un ‘ciudadano’, alguien de clase media alta, sin decirlo expresamente”.

Christopher Scott, 58 años, Chicago

‘Registré mi auto en el Departamento de Policía de Nueva York’.

“Registré mi auto en el Departamento de Policía de Nueva York y tengo calcomanías pegadas por todas partes que dicen que formo parte de un ‘programa antirrobos’. En realidad lo hago para ‘identificarme’ como una persona que tiene buenas relaciones con la policía y lograr que me respeten”.

Miriam Allen, 61 años, Nueva York

‘No toco nada que no quiera comprar’.

“No me pongo la capucha de la sudadera. No uso lentes oscuros adentro de los locales. No meto las manos en los bolsillos. No toco nada que no quiera comprar. A las personas que trabajan en las tiendas las veo a los ojos para que se percaten de que no les tengo miedo por mi apariencia”.

Marc Williams, 32 años, Indianápolis

‘Soy puertorriqueña y mi pelo es abundante, negro y grueso, así que intento no ir a tiendas donde sobresalgo’.

“Soy puertorriqueña y mi pelo es abundante, negro y grueso, así que intento no ir a tiendas donde sobresalgo, principalmente tiendas locales y pequeñas (lo cual es difícil porque estoy muy a favor de comprar productos locales). Cuando quiero entrar a una de esas tiendas, me pasan millones de preguntas por la cabeza: ¿me atenderán? ¿Serán groseros? ¿Me seguirán por la tienda? ¿Me preguntarán si estoy ‘perdida’?”.

Amy Reyes, 51 años, Cleveland

‘Si suena mi teléfono, me aseguro de estar cerca de un empleado de la tienda antes de buscarlo en mi bolso para contestarlo’.

“Antes de entrar en cualquier tienda, cierro mi bolso de mano, no meto las manos en los bolsillos y, si suena mi teléfono, me aseguro de estar cerca de un empleado de la tienda antes de buscarlo en mi bolso para contestarlo”.

Carole Simmons, 58 años, Savannah, Georgia

‘Inspecciono la tienda y los clientes blancos suelen tener mochilas, bolsos gigantes y bolsas con compras, llevan lo que quieren’.

“Cada vez que voy a una tienda local que me gusta, me quitan mi mochila en la entrada. No tengo problemas. Quieren evitar que la gente robe. Mi esposa, que no es negra (yo sí), se sorprendió cuando supo que las tiendas hacen eso. Inspecciono la tienda y los clientes blancos suelen cargar mochilas, bolsos gigantes y bolsas con compras, llevan lo que quieren”.

“Me hace hervir la sangre. Me avergüenza que, en vez de arriesgarme a expresar esa furia, simplemente evito comprar ahí cuando cargo una bolsa”.

Nicolas King, 41 años, San Francisco

‘Cuando entro en un lugar siempre me fijo en la composición racial’.

“Soy árabe. Mi esposo blanco se siente cómodo entrando a un local si necesita usar el baño, aunque no tenga ninguna intención de comprar algo. Yo no lo hago porque temo la reacción que eso pueda generar en los propietarios. Me he dado cuenta de que mi padre tampoco lo hace. Cuando entro en un lugar siempre me fijo en la composición racial. Creo que es muy normal que la gente que no es blanca haga eso”.

Heba G., 30 años, Nueva York

‘Me aseguro de vestir como corresponde si quiero que las situaciones sean menos incómodas’.

“Soy un hombre negro de Filadelfia y resulta que me encantan las camisas polo de color blanco y con cuello en v, así como las gorras de béisbol. No importa que sea un graduado de la Universidad de Temple con una licenciatura en Economía y un empresario exitoso, la gente blanca me trata con desdén en los vecindarios ricos”.

“Esa situación cambia un poco si me visto con un estilo ejecutivo informal, pero sigo notando un dejo de frialdad aunque gaste dinero en un negocio. Así que me aseguro de vestir como corresponde si quiero que las situaciones sean menos incómodas. ¡El racismo está vivo y prosperando!”.

Rashon Dominique Fuller, 40 años, Atlanta

‘Intento dar espacio. No me acerco demasiado’.

“Si estoy en un lugar solitario y veo que una mujer blanca viene caminando en mi dirección y va a pasar a mi lado, intento darle espacio. No me acerco demasiado. O cruzo la calle como si nada pasara”.

Alula Teklay, 42 años, Lancaster, Pensilvania, y Los Ángeles

‘Si me visto con ropa informal, suelo atraer la atención de la seguridad del aeropuerto’.

“Cuando viajo en avión a otro estado, en especial al Medio Oeste y algún estado del sur, siempre voy de traje o como mínimo me visto con un estilo ejecutivo informal. Si me visto con ropa informal, suelo atraer la atención de la seguridad del aeropuerto y de la policía, y no me puedo dar el lujo de perder el tiempo si me detienen, me interrogan o me arrestan”.

Rory Christian, 38 años, Nueva York

Fuente: NYTimes

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Aletia Molina

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