Internacional

Colombia elige su primer Presidente tras el acuerdo de paz con las FARC

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Aletia Molina

Colombia acude a la urnas este domingo para elegir al Presidente que sucederá a Juan Manuel Santos a partir del proximo 7 de agosto, en las primeras elecciones presidenciales luego de la firma del histórico acuerdo de paz con las FARC. Siete candidatos de un amplio arco ideológico están en la contienda, con la casi certeza, según las encuestas, de que será necesaria una segunda vuelta para definir al ganador. El contexto no será sencillo:  ya se ha denunciado fraude en la Registraduría y riesgo electoral en 76 municipios por presencia de grupos armados.

Más de 36 millones de colombianos están habilitados para votar, una cifra récord de inscripción para el país. Análisis de la Registraduría afirman que, si el 11 de marzo en las pasadas elecciones de Congreso hubo 17 millones de votos, se espera para este domingo superar los 18 millones. Los votantes podrán ejercer su derecho y deber desde las 8 de la mañana hasta las 4 de la tarde, hora en la que se cierran las mesas.

Pocas veces una contienda presidencial en Colombia había tenido un abanico político tan variado, con tendencias que abarcan todo el espectro ideológico, desde el radicalismo de derecha, pasando por el centro y posiciones moderadas, hasta el radicalismo de izquierda. Cinco candidatos son los mejor posicionados para gobernar al país entre 2018 y 2022.

Por el Centro Democrático, el partido del expresidente Álvaro Uribe, está el más joven de los aspirantes, Iván Duque; por la coalición de Colombia Humana y Mais, el exalcalde y ex guerrillero Gustavo Petro; por la coalición entre los partidos Verde y Polo Democrático, el ex gobernador y profesor Sergio Fajardo; por la coalición entre los Liberales y Alianza Social Independiente, el ex jefe de negociación del gobierno con las FARC, Humberto de la Calle; y por la coalición entre los partidos Cambio Radical y la U, el ex vicepresidente Germán Vargas Lleras.

Los que marchan al frente en todas las encuestas son Duque y Petro. El último sondeo le da una esperanza a Fajardo, mientras De la Calle y Vargas Lleras se mantienen rezagados. Si alguno obtiene este domingo el 50% + 1 del total de votos será el vencedor. Sin embargo, todo parece indicar que la polarización nacional enviará las elecciones a una segunda vuelta que está prevista para el 17 de junio.

Desde el último lunes se ha venido votando en los Consulados y Embajadas del país, 234 puntos establecidos en el exterior, con disposición de 1.500 mesas. Entre tanto, en territorio nacional, Migración Colombia dispuso el cierre de los siete pasos fronterizos habilitados con Venezuela, desde el pasado jueves 24 de mayo hasta mañana lunes, para garantizar la seguridad de las elecciones.

Aunque existen otros riesgos electorales asociados al fraude y a la violencia que tienen en vilo tanto a los partidos políticos como a las comunidades.

La semana pasada la Fundación Paz y Reconciliación reveló los resultados de la investigación ‘Así se roban las elecciones en Colombia’, en la que denunciaron una red mafiosa en la Registraduría que cobraría hasta 871.832 dólares para designar jurados de votación (que deberían ser escogidos de manera aleatoria) para aumentar votos a favor del candidato que pague el precio. Pero no sería el único método para amañar los resultados.

Arial Ávila, subdirector de la fundación, afirmó que en las pasadas elecciones al Congreso se utilizó el llamado «canguro», que consiste en alterar las cifras en la digitalización de los formularios E-14, que son los que realizan a mano los jurados de votación con el conteo de votos, y que al transcribirlos en el sistema de la Registraduría se convierten en E-24. Con este método les restan votos a ciertos candidatos para ponerlos a otros.

«Los ciudadanos me dirán que si se desaparece un voto a un candidato es normal. Pero si tienes 14 mil mesas de votación en Bogotá, y se desaparece un voto por mesa, pues son 14 mil votos. Eso saca a cualquier senador de una curul», explicó Ávila en La W.

Sobre las denuncias, tanto el presidente Santos como el registrador nacional Juan Carlos Galindo y la presidenta del Consejo Nacional Electoral Yolima Carillo han desmentido la manipulación el sistema de la Registraduría y dieron un parte de tranquilidad sobre la transparencia de las elecciones.

Sin embargo, ya ha quedado comprobada la vulnerabilidad del sistema electoral colombiano. Por ejemplo, el Consejo de Estado falló recientemente a favor del Partido MIRA, que recuperó tres curules que perdió en el Senado hace cuatro años por irregularidades en los escrutinios. «El fallo habla de las vulnerabilidades del software de la Registraduría y dice que hay que trabajar en dar más garantías al proceso», expresó Alejandra Barrios, directora de la Misión de Observación Electoral (MOE).

Las elecciones para el Congreso de hace dos meses fueron las más seguras de la última década tras la desmovilización de las FARC, el grupo guerrillero más antiguo y de mayor control territorial en la historia del país. Sin embargo, algunos de los espacios abandonados por la insurgencia han sido tomados por otras organizaciones armadas dedicadas al narcotráfico.

Una de ellas es la narcoguerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), que ya decretó un cese al fuego unilateral desde el 25 al 29 de mayo, para «aportar unas condiciones favorables que le permitan a la sociedad colombiana expresarse en las elecciones», según dijeron en un comunicado. El anuncio se hizo al iniciar el quinto ciclo de las negociaciones de paz con en Gobierno en La Habana, Cuba.

Pero quedan otras organizaciones criminales como el Clan del Golfo, los Pelusos, los Rastrojos, entre otros, que, de acuerdo con la MOE, tienen en riesgo electoral a 76 municipios de 17 departamentos del país donde hacen presencia. El monitoreo corresponde al periodo de entre el 12 de marzo y el 30 de abril del año en curso.

En estos municipios se han registrado 27 acciones de amedrentamiento y 116 acciones bélicas. La principal región en riesgo es el Catatumbo, tomada por el ELN y los Pelusos cuando se desmovilizó las FARC, y que libran una batalla por el control de los cultivos de coca y las rutas de exportación de droga, que han ocasionado bloqueos en las actividades cotidianas y económicas de la población.

Las otras regiones donde se concentra la presencia de grupos armados ilegales que ponen en riesgo el voto libre son, en orden: el sur de Bolívar, Arauca, Macarena, Tumaco, Patía, el norte de Cauca, Buenaventura y Norte de Santander.

Candidatos

Iván Duque

 

Con 42 años, podría convertirse en el presidente más joven de Colombia. Es hijo del político liberal antioqueño Iván Duque Escobar, quien fue ministro de Minas del expresidente Belisario Betancur, gobernador de Antioquia y Registrador Nacional. Contrario a su padre, adoptó el radicalismo de derecha y las políticas de seguridad nacional del senador y expresidente Álvaro Uribe Vélez, su principal apoyo con el partido que creó, el Centro Democrático.

En su trayectoria política ha sido asesor del Ministerio de Hacienda del actual presidente Juan Manuel Santos en el gobierno de Andrés Pastrana, quien ahora es opositor de Santos. Hizo carrera en el Banco Interamericano de Desarrollo y fue nombrado por la ONU en el equipo que investigaría un ataque de Israel contra una comisión humanitaria en la Franja de Gaza.

Fue asesor internacional de Uribe Vélez y cuando éste se plantó contra el presidente Santos fue reclutado en su equipo político. En las elecciones de 2014, Duque Márquez formó parte de la lista cerrada al Senado del Centro Democrático, donde ocupó el séptimo renglón y fue elegido senador.

Duque, como Uribe, ha sido un férreo crítico del proceso de paz con las FARC. Razón por la cual plantea realizar modificaciones para «reivindicar la victoria del NO’, entre ellas eliminar la Jurisdicción Especial de Paz establecida en los acuerdos. Está en contra del aborto y del «cambio del sentido sociocultural del concepto del matrimonio» para convertirlo en igualitario. Y promete mano dura con el fortalecimiento de la Fuerza Pública para aumentar la seguridad.

Gustavo Petro

Es el congresista con más votos del partido de izquierda Polo Democrático, de quién se separó por diferencias ideológicas y formó su propia alianza, la Coalición de la Lista de Decentes. Como senador ha sido el gran opositor de Álvaro Uribe en su presidencia, a quien ahora aspira a suceder.

Petro reveló que la campaña presidencial de Uribe en 2002 había recibido apoyo económico de Enilse López, conocida como ‘La Gata’, condenada posteriormente por nexos con los paramilitares. Además, presentó una fotografía del hermano del entonces presidente, Santiago Uribe, donde aparece junto al narcotraficante Fabio Ochoa.

En el Congreso también destapó varios escándalos de parapolítica y farcpolítica; y renunció a su curul para lanzarse a la alcaldía de Bogotá, que ganó en 2012. Ya había aspirado a la presidencia en las elecciones de 2010, donde perdió con Juan Manuel Santos en segunda vuelta.

De joven perteneció a la guerrilla del M-19, que organizó la toma al Palacio de Justicia (1985) y a la embajada de República Dominicana (1980). De esta forma, ha sido el exguerrillero que más alto ha llegado en la política colombiana.

Promete garantizar los derechos de la comunidad LGBT, incluido el matrimonio igualitario y su participación en espacios del gobierno. Dice que, si el ELN no se acoge al diálogo, los combatirá en el campo de batalla, y planea seguir con el acuerdo de paz establecido con las FARC. Propone también, una economía productiva conformado en un 20% por el Estado y un 80% restante por la iniciativa privada.

Sergio Fajardo

Es Matemático de la Universidad de los Andes, Doctor en Matemáticas de la Universidad de Wisconsin-Madison y Doctor Honoris Causa de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, España (2009) y de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina (2015).

Por esa importante formación académica ha ocupado varios cargos en instituciones científicas, como el Consejo Nacional de Ciencias Básicas y la Comisión Nacional de Maestrías y Doctorados. Y antes de dedicarse a la política con 43 años, fue docente en las universidades de Los Andes, la Nacional de Colombia, la de Berkeley, la de Wisconsin, la de Colorado, la Católica de Chile, la de Oslo y la Central de Venezuela.

Fajardo es reconocido por liderar la transformación de Medellín cuando fue su alcalde entre 2004 y 2007: redujo los índices de violencia, saneó las finanzas públicas y logró el desarrollo urbanístico de la ciudad. En 2010, fue candidato vicepresidencial de Antanas Mockus, el segundo senador más votado en las pasadas elecciones legislativas. Dos años después llegó a la Gobernación de Antioquia con más de 925 mil votos, la votación más alta en la historia de Colombia en unas elecciones regionales.

Toda su vida estuvo asociado con la centro derecha, pero en esta contienda presidencial amplió su espectro abarcando partidos de izquierda como el Verde y el Polo Democrático, logrando así uno de los programas más moderados ideológicamente. Ha hecho de la academia y la tecnocracia su estilo de liderazgo, apoyado por grandes intelectuales del país como el neurocientífico Rodolfo Llinás y los exrectores de la Universidad Nacional de Colombia, Moisés Wasserman e Ignacio Mantilla.

Parte de su campaña se ha basado en la apuesta por la educación y la lucha contra la corrupción, en la que niega un peso por un voto y un puesto o contrato para los congresistas que lo apoyen. Ha manifestado estar «totalmente de acuerdo» con la negociación de paz con las FARC y promete cumplir el acuerdo tal cual se estableció. Asimismo, promete ser un defensor de la igualdad y los derechos de las personas «sin importar su inclinación sexual».

Humberto de la Calle

A muy temprana edad tuvo que huir de su tierra natal, Manzanares, al oriente de Caldas, por la guerra. Estudió Derecho en la universidad pública de Caldas, departamento donde comenzó su carrera política, realizada a la vez que ejercía la docencia.

Cuando fue Registrador Nacional, en los años ochenta, expidió la primera cédula para una persona transgénero. Y desde entonces ha participado en momentos históricos y definitivos para el país: en los años noventa lideró la construcción de la Constitución de 1991 y recientemente fue jefe del equipo negociador del Gobierno en el proceso de paz con las FARC.

Asimismo, fue magistrado de la Corte Suprema de Justicia, ministro de Gobierno durante el gobierno de César Gaviria, vicepresidente de la República durante el mandato de Ernesto Samper, ministro del Interior en el gobierno de Andrés Pastrana y embajador ante la OEA, donde presidió las deliberaciones que aprobaron la Carta Democrática Interamericana, pese a la oposición venezolana.

Apoya y dará continuidad al acuerdo de paz firmado con las FARC; y seguiría en los diálogos con el ELN. Está a favor de la despenalización del aborto y de la aprobación del matrimonio igualitario. Promete que la seguridad ciudadana y la lucha contra la droga (en la que no está de acuerdo con su despenalización) serán unas de sus prioridades. Dice ser «el candidato más veterano, pero con las ideas más jóvenes».

Germán Vargas Lleras

Nacido en Bogotá, integra una de las familias políticas más tradicionales del país: nieto del expresidente Carlos Lleras Restrepo. Terminó preparatoria en Estados Unidos, recibió grado como abogado en la Universidad del Rosario y estudió Gobierno y Administración Pública en el Instituto Ortega y Gasset de la Universidad Complutense de Madrid, España.

Fue Senador de la República, obteniendo la votación más alta registrada en el país en unas elecciones legislativas, apenas superadas por Álvaro Uribe en los pasados comicios del 11 de marzo. Asimismo, fue ministro del Interior y de Justicia y ministro de Vivienda, Ciudad y Territorio.

Ya había sido candidato presidencial en 2010, y en las siguientes elecciones de 2014 fue la fórmula vicepresidencial de Juan Manuel Santos, que resultó elegida. Ejerció ese cargo hasta marzo de 2017, cuando renunció para preparar sus candidatura presidencial. Desde entonces y en esta contienda, cuenta con el respaldo de partidos de derecha como Cambio Radical (al que pertenece) y de la U.

A lo largo de su amplia carrera política ha sufrido dos atentados. Uno en 2002, cuando recibió un libro bomba de las FARC que le causó la pérdida de dos dedos de su mano izquierda; y otro en 2005 con un carro bomba del ELN que no le generó heridas.

Planea reducir la alta tasa de tributación y homologar los impuestos con los competidores, de tal forma que genere atracción de inversiones extranjeras. Aunque en principio fue crítico del proceso de paz con las FARC, durante su campaña presidencial ha dicho que no destruiría los acuerdos, pero les haría modificaciones. Y fue tajante en definir que no reanudaría diálogos de paz con ELN.

Fuente: Infobae

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Aletia Molina