Beatrice Trueblood y Eduardo Terrazas se vuelven a reunir para participar en la charla: “La Identidad Visual de los Juegos Olímpicos de la Ciudad de México 1968”, en colaboración con la Escuela Cantonale de Arte de Lausana, este 24 de mayo.
Posteriormente, los días 26 y 27 de mayo, el Comité Olímpico Internacional iniciará las conmemoraciones del 50 aniversario de la justa celebrada en nuestro país, a partir de los términos de la identidad visual dentro del programa del Museo Olímpico en 2018.
El arquitecto Terrazas fue Director del Programa de Diseño Urbano y Trueblood, Directora de Publicaciones, quienes empezaron a trabajar en el Comité Organizador a partir de 1966 y su vasta experiencia la compartirán esta vez en el seno del COI.
En esta celebración, se proyectará la película oficial de los Juegos dirigida por Alberto Isaac, que revive la década de los sesenta y las actuaciones históricas de Bob Beamon, Jim Hines, Bob Seagren y Vera Caslavska, entre otros.
La identidad visual se convirtió en una especie de modelo al que aspirar. Original y muy de moda para la época, dejó su huella en la historia de los Juegos”, comentó Terrazas.
Además, habrá un desfile de modas primavera – verano de México 68, con ropa confeccionada por señoritas del propio Museo como parte del festejo.
Los Juegos son una fiesta y también una obra de arte que todo mundo participa de ella y así fue en la Ciudad de México. Los mexicanos somos buenos para organizarlas y, por lo tanto, México 68 se prodigó y como indica Eduardo Terrazas, en las celebraciones el tiempo ordinario se detiene y por lo cual marcaron un hito en la historia olímpica.
La nación mexicana logró una organización optima, sedes deportivas de gran calidad, espacios urbanos funcionales y alegres, un sistema informativo amplio y puntual que incluía una breve historia del país, así como una genuina hospitalidad”, declaró uno de los autores de la identidad de México 68, especialmente el logotipo de líneas ondulantes y paralelas.
Todo esto no se había presentado con tanta energía, con tanta pasión para que resultaran lo mejor que se pudieran a través del programa de identidad olímpica, México tuvo una imagen propia que estuvo a la vanguardia de su época con aspectos de nuestra herencia cultural.
“Teníamos que darle a la Ciudad de México y a los sitios de competencia teníamos que vestirlos como a las novias, porque la novia era el espacio, como las fiestas de México se adornan con farolitos, globos, lamparitas, papel picado, todo eso era parte del festejo para los invitados de 125 países”, así lo afirmó el arquitecto Eduardo Terrazas, Director de Diseño Urbano del Comité Organizador de México 68.
Fuente: Excélsior