“Aquí nos tocó vivir” y Cristina Pacheco, desde hace 40 años, nos revelan múltiples rostros y entrañables historias de la sociedad mexicana. Una dualidad (programa-conductora) difícil de concebir fuera de la pantalla de Canal Once. Este sábado, la televisora politécnica celebró las cuatro décadas en el Salón Los Ángeles, donde se develó la placa conmemorativa.
En el evento, Cristina Pacheco se mostró entusiasmada y sobre su trabajo en la emisora comentó “es el formato ideal para mí porque es una pantalla que capta la vida real, la vida de las personas, de los trabajadores, de la gente de todos los días. Nadie está disfrazado en mi programa, las personas son tal como son y debo decir que, en tal caso, sólo encuentro maravillas que me sorprenden y que me han enseñado muchísimas cosas”.
Entre los grupos musicales que deleitaron a los asistentes fueron: los Dandy´s, Colibrí, Rayito Colombiano, Ramón Cedillo y su Big Band, así como el flautista Horacio Franco. Además, en el marco del aniversario, la Lotería Nacional para la Asistencia Pública emitirá un billete conmemorativo.
Canal Once festeja 40 años de relatos, de aventuras y de diálogo con la audiencia. Su contadora de historias –como ella se define–, ha recorrido los rincones más apartados de la Ciudad de México pues “detrás de cada puerta hay miles de historias, cada una irrepetible e inimaginada. Las sorpresas son inmensas, la satisfacción de escuchar esas voces es muy grande”, precisó.
A través de los años “Aquí nos tocó vivir” no sólo se ha ganado el gusto del público, sino que, en 2010, fue nombrado por la Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia y la Cultura (UNESCO) Memoria del Mundo en México, siendo éste el primer programa televisivo reconocido con esta categoría a nivel internacional.
Su origen se remonta al 10 de mayo de 1978. Los habitantes de las localidades del Pedregal y Santa Úrsula fueron testigos de la primera emisión grabada fuera de un estudio. La propuesta de Cristina Pacheco fue tan atractiva que continuó produciéndose, al tiempo que los entrevistados otorgaron su confianza y reconocimiento a aquella periodista de la calle, y con ella, al programa que se construye sin guión y cuyo principal recurso es la memoria de la gente.
Con cada entrevista, la ganadora del Premio Nacional de Periodismo en tres ocasiones, el Premio de la Asociación Nacional de Periodistas, la Medalla al Mérito Ciudadano de la Ciudad de México, el galardón MUSA, el Premio Rosario Castellanos, entre otros, perfeccionó el género y creó un diario de testimonios de la cultura popular mexicana.