A un mes de que inicie la temporada de ciclones tropicales en el Pacífico, meteorólogos de América se mantienen en observación para determinar las condiciones que privarán durante el presente año ante la variación climática que presenta el planeta.
Y es que, como ha venido ocurriendo en los últimos años, el incremento de la temperatura en el planeta ha favorecido una modificación importante en el comportamiento del clima propiciando menos precipitaciones, pero de mayor intensidad, como ocurrió en 2017.
Gran parte de estas transformaciones podrían cambiar este año dependiendo del efecto que genere el fenómeno de «La Niña», que presentaba hasta la semana pasada condiciones débiles, según datos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA por sus siglas en inglés).
¿Niño o Niña?
A primera vista, uno podría preguntarse ¿»La Niña»?, ¿qué no era «El Niño»?, a lo cual el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) aclara que en realidad se trata de todo un fenómeno natural global del clima, al cual se le ha denominado El Niño-Oscilación del Sur (ENOS).
De acuerdo con información compartida por el SMN a Notimex, el ENOS se presenta a lo largo del Pacífico Ecuatorial y puede presentar las tres fases siguientes: La Cálida, conocida como «El Niño». La Fría, conocida como «La Niña», y Neutral, esta última es la fase donde el océano y la atmósfera se comportan de manera normal.
Contrario a lo que a veces se cree, este fenómeno en realidad suele presentarse de manera irregular, por lo que no es periódico y puede suscitarse de dos a siete años.
El ENOS se caracteriza por una variación en la temperatura superficial del océano, la circulación de los vientos alisios (del este) y la profundidad de la termoclina o capa de mezcla (línea imaginaria que separa dos masas de agua de temperatura diferente).
En ese sentido, de acuerdo con la Organización Meteorológica Mundial (OMM) «El Niño» y «La Niña» son condiciones anómalas en la temperatura superficial del mar, con una elevación de 0.5 grados Ceisius o más en el caso de «El Niño» y un descenso de 0.5 grados o menos en el caso de «La Niña».
El SMN menciona en una ficha informativa que cuando el ENOS se encuentra en la fase de «El Niño», los vientos del este (alisios) en el Pacífico se debilitan y el agua cálida del Pacífico occidental se recorre hacia el oriente a lo largo de la línea ecuatorial.
Como resultado de ello, la temperatura superficial del mar aumenta lo suficiente para transportar calor a la atmósfera y generar nubes de convección profunda, llevando ahora las zonas de lluvias hacia el este.
De éste modo, «El Niño» puede provocar que llueva más en regiones donde es común que las precipitaciones sean escasas, mientras que pueda llover menos donde solía caer más aguaceros.
Por otro lado, cuando se presenta un caso de «La Niña», al parecer las condiciones que se presentan son las contrarias a un año donde se presenta «El Niño», al menos en los trópicos, agrego el Servicio Meteorológico Nacional.
Para México, durante los veranos «El Niño» se caracteriza por ser muy cálido y con lluvias por debajo de lo normal, mientras que en los inviernos favorece precipitaciones por arriba del promedio en el norte del país.
Mientras tanto, en el caso de «La Niña», los patrones de lluvia y temperatura suelen ser opuestos a los que se presentan en «El Niño», por lo que en estos momentos se estudian las condiciones que guarda el ENOS en su fase de «La Niña».
De acuerdo con diversos centros globales de predicción climática, como el Instituto Internacional de Investigaciones para el Clima y La Sociedad (IRI por sus siglas en inglés) y el Centro de Predicción del Clima (CPC por sus siglas en inglés) de la NOAA, para esta primavera se espera que el ENOS se encuentre en una fase neutral.
Lo anterior significa que alcance una probabilidad de 55 por ciento, es decir, sin condiciones presentes de «El Niño» o «La Niña».
Al respecto, la OMM reveló la semana pasada que las temperaturas de la superficie del Océano Pacífico tropical este y central permanecían en niveles débiles de “La Niña”, mientras que la mayoría de los indicadores atmosféricos revelan una inminente disminución de este evento.
Por lo anterior, existe una probabilidad del 75 al 80 por ciento de alcanzar un ENOS neutral y solo de un 20 a 25 por ciento de que “La Niña” continúe, en tanto que la posibilidad de que surja un fenómeno de “El Niño” emergente es de 0 por ciento, agrega el reporte de la OMM.
Por lo pronto, como cada año, los meteorólogos revisan sus modelos para hacer un pronóstico de la próxima temporada de ciclones en el Océano Pacífico Oriental, que iniciará el 15 de mayo, según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos.
Para este año, los nombres contemplados para nombrar a los ciclones del Pacífico, en caso de alcanzar categoría de Huracán son: Aletta, Bud, Carlotta, Daniel, Emilia, Fabio, Gilma, Héctor, Ileana, John, Kristy, Lane, Miriam, Norman, Olivia, Paul, Rosa, Sergio, Tara Vicente, Willa, Xavier, Yolanda y Zeke.
En tanto, para los ciclones del Atlántico que inicia en junio se tienen contemplados los nombres de Alberto, Beryl, Chris, Debby, Ernesto, Florence, Gordon, Helene, Isaac, Joyce, Kirk, Leslie, Michael, Nadine, Oscar, Patty, Rafael, Sara, Tony, Valerie y William.
Hsay que recordar que existen seis listados con nombres en uso desde 1971 por la Organización Meteorológica Mundial (OMM), de manera que cada seis años la lista se reutiliza, por lo que este año se están utilizando los nombres del listado IV.
Solo cuando el huracán ha provocado víctimas mortales o ha tenido efectos devastadores se retira el nombre de la lista y se sustituye con otro de la misma inicial y género.
Fuente: MVS