En anuncios radiales y en vallas publicitarias ubicadas en las avenidas, el gobierno malasio advierte sobre un nuevo enemigo: las noticias falsas.
Y la Cámara Baja del parlamento, en la primera medida de su tipo en todo el mundo, aprobó el 2 de abril una propuesta legislativa para prohibir la divulgación de esas noticias. La medida prevé hasta seis años de prisión por publicar o circular información que sea engañosa y se espera que el Senado la apruebe esta misma semana.
La legislación no solo castigaría a quienes son los responsables de la desinformación, sino a quien la comparta con intenciones maliciosas. Los proveedores de servicios en línea serían responsables del contenido de terceros en sus plataformas y cualquiera podría presentar la queja. Las noticias falsas generadas en otros países también serían punibles si afectan a Malasia o los malasios.
La medida sancionaría a “cualquier noticia, información, dato o reporte que sea parcial o totalmente falso, ya sean visuales, grabaciones de audio, escritos o cualquier otro formato que sugiera palabras o ideas”.
Como no está bien definido qué califica como algo falso, el gobierno tiene la posibilidad de decidir qué es un hecho verídico en ese país.
“Las noticias falsas se han vuelto un fenómeno global, pero Malasia está a la cabeza en cuanto a intentar combatirlo con una ley”, dijo Fadhlullah Suhaimi Abdul Malek, funcionario de alto nivel en la Comisión de Comunicaciones y Multimedia malasia. “Cuando el presidente estadounidense hizo que ‘noticia falsa’ fuera un término popular, eso despertó al mundo”.
Los integrantes de la oposición política de Malasia acusan que la legislación pretende frenar la libertad de expresión de cara a las elecciones que serán, en buena medida, un referendo del primer ministro Najib Razak, cuyo mandato se ha visto afectado por el escándalo del desvío de miles de millones de dólares del fondo estatal de inversiones.
“En vez de una investigación apropiada sobre lo que sucedió, estamos ante la creación de un ministerio de la verdad”, dijo Nurul Izzah Anwar, legisladora del Partido de la Justicia Popular e hija del líder opositor encarcelado Anwar Ibrahim.
Según una investigación del Departamento de Justicia estadounidense, asociados de Najib han incurrido en el mal manejo de por lo menos 3500 millones de dólares del fondo 1 Malaysia Development Berhad, o 1MDB. Alrededor de 730 millones de dólares depositados en cuentas bancarias controladas por Najib fueron vinculadas por la investigación a 1MDB. El primer ministro afirma que esos fondos fueron un regalo de un socio saudita.
Una alianza de opositores ha intentado aprovechar el escándalo de 1MDB de cara a las elecciones, que deben celebrarse a más tardar en agosto pero que Najib podría convocar para mayo.
Desde que hace tres años se divulgaron las irregularidades en el fondo de inversión, varios políticos, escritores y hasta un caricaturista político han sido acusados con cargos como sedición y difamación. Las publicaciones que le dieron cobertura al escándalo fueron censuradas o cerraron sus puertas. El viceministro de Comunicaciones, Jailani Johari, dijo a fines de febrero que la definición de qué es una noticia falsa podría incluir cualquier información sobre 1MDB que no haya sido verificada por el gobierno.
Salleh Said Keruak, el ministro de Comunicaciones y Multimedia y superior de Johari, añadió que hablar de la investigación del Departamento de Justicia no será motivo de sanción, pero sí podría serlo sugerir que Najib está involucrado con el desvío de ciertas cantidades del fondo.
“Hay libertad de expresión en Malasia”, dijo Salleh, “pero no habrá libertad para divulgar noticias falsas”.
Fuente: NYTimes