Ana Paula Ordorica
Que Andrés Manuel López Obrador tenga dos departamentos en Coyoacán, en la Ciudad de México, no tiene nada de malo. Lo absurdo es que no los reportó en su declaración patrimonial como parte de la Ley 3de3. Pero más absurdo aun es que diga que no lo hizo porque son propiedades que está heredando a sus hijos y que actualmente están en ese proceso.
El tema no es menor ya que demuestra ignorancia de AMLO, en el mejor de los casos, corrupción, evasión de impuestos y mentira en el peor.
Los dos departamentos ubicados en Odontología #57 los compró AMLO en el 2002, cuando fue Jefe de Gobierno de la CDMX. No son departamentos lujosos. Nada que se pueda comparar con otras propiedades de otros políticos.
Cuando en 2003 murió Rocío Beltrán, la primera esposa de AMLO, lo hizo intestada y por ello el título de propiedad de los departamentos se encuentra en proceso de herencia. Eso fue lo que explicó Cesar Yañez, cercano a AMLO, al Wall Street Journal cuando el diario reportó el hecho en septiembre del 2016. Una vez publicado ese primer texto, Julio Scherer se acercó al Wall Street Journal para presentar al diario copias de los títulos que indicaban que había transferido el 50 por ciento de los dos departamentos a uno de sus hijos, a Andrés Manuel, en 2005. Con esta información, el Wall Street Journal hizo la ampliación de la información en noviembre de ese mismo año.
Pude platicar con Juan Montes, el reportero del Wall Street Journal que cubrió la nota, y me comentó que el diario decidió ampliar esta información por respeto a los lectores, pero esto fue una ampliación, no una retractación, como ha estado diciendo AMLO desde entonces y como ha repetido ahora que el tema resurgió en el primer debate cuando José Antonio Meade le preguntó por qué no estaban esos departamentos incluidos en su 3 de 3.
Los departamentos siguen estando a nombre de AMLO en el Registro Público de la Propiedad (RPP). No sabemos bien a bien si es por ahorrarse el pago del Impuesto Sobre Adquisición de Inmuebles, el ISAI, que debe hacerse cuando se vende, hereda o dona una propiedad ante Hacienda, o si sea por lo que alguna vez comentó el cercano amigo de AMLO y consejero de Morena, Julio Scherer: que todo se debía a una “pendejada” de Adán Augusto López, el notario encargado de dar fe de la donación que hizo AMLO a sus hijos y de hacer el cambio en el RPP.
Aquí el asunto se pone aún más interesante. Porque Adán Augusto López además de ser el notario de AMLO, es el actual candidato a gobernador de Tabasco por MORENA.
AMLO ha dicho en su defensa que demandó al WSJ por esta nota. La demanda nunca avanzó y nunca prosperó, me comenta Juan Montes, asombrado de que AMLO esté diciendo que el WSJ se retractó y que él les ganó una demanda cuando esto no es cierto. Las propiedades siguen estando a su nombre en el RPP y por lo tanto tendrían que estar incluidas en su declaración 3 de 3.
Todo este asunto revela o ignorancia en el manejo patrimonial de AMLO o una estrategia de evasión fiscal. En ambos casos resulta preocupante que alguien que confunde su patrimonio con el de sus hijos esté en la antesala de ser presidente de México.
Y preocupa también la reacción de los seguidores de AMLO que creen que como los departamentos no se comparan en tamaño y costo con La Casa Blanca de Peña Nieto o los ranchos de Javier Duarte, entonces no es válido que los periodistas hagamos nuestro trabajo y señalemos las inconsistencias de AMLO. Midamos a toda la clase política y a todos los candidatos con la misma vara.
@AnaPOrdorica www.anapaulaordorica.com