El equipo ‘Red’ se relajó al final y podría pagar caro la vuelta de semifinales en Italia. Mohamed Salah, su hombre del momento, metió dos goles y dos asistencias, obra maestra del egipcio en modo faraón que inyectó emoción a Anfield.

 

La fiesta no podía estar completa sin Sadio Mané (doblete) y Roberto Firmino, tridente de miedo que se antoja para dominar en el tiempo moderno.

 

La roma no daba señales de vida; sin embargo, Edin Dzeko, el de aquel gol contra Barcelona en suelo culé, apareció otra vez para el 5-1, corto pero de ánimo para una loba en la lona.

La relajación del local llegó a tal grado que Jürgen Klopp pasó del éxtasis al coraje, y más cuando Diego Perotti dictó el 5-2 vía penal, de puro oxígeno para la vuelta en Roma, una aduana que ya vivió una noche mágica y, por qué no, soñar con la épica y estar en el duelo por La Orejona (5-2).

Fuente: www.superfutbolero.com