El candidato presidencial de la coalición Por México al Frente, Ricardo Anaya, aseguró que no existen irregularidades de su parte en la operación de compra venta de una nave industrial en Querétaro.
A través de su página oficial de internet, y de una carta dirigida a la sociedad mexicana, el abanderado del PAN, PRD y MC afirmó que la documentación que acredita que «hablo con la verdad y que demuestra» que le asiste la razón.
«He decidido que sea este el lugar para comprobar ante el pueblo de México la licitud moral, legal y política de las operaciones, estrictamente mercantiles y privadas, consistentes en la compra de un terreno, la construcción que en él se edificó y la posterior enajenación de ese inmueble; hechos que han sido distorsionados para difamarme», asentó.
Anaya Cortés sostuvo que las operaciones comerciales realizadas con el predio y la nave industrial en él «(que de manera indirecta me involucran)», fueron hechas por personas y empresas particulares y con dinero de particulares; «no intervinieron en ellas autoridades de ningún nivel de gobierno ni se utilizaron recursos públicos».
Aseguró en su explicación que «jamás he tenido conocimiento, indicios o pruebas que involucren en alguna conducta delictuosa» al empresario Manuel Barreiro, persona vinculada –real o supuestamente– con la empresa vendedora del predio, la cual, posteriormente, adquirió la nave industrial construida en él.
«Más aún, de la información difundida públicamente no se desprende la comisión de robo, fraude, peculado ni lavado de dinero atribuibles a persona alguna. Dicho más claramente: de esa información no se desprende ningún delito atribuible a ninguna persona», asentó.
En la misiva añadió que la compra del terreno, la construcción de la nave industrial y su posterior venta están respaldadas por la documentación que la ley exige.
Que la documentación ha sido del conocimiento de las autoridades respectivas desde el momento en que se realizaron las operaciones, hace ya año y medio, detalló.
El panista agregó que se le acusa de haber comprado un terreno con valor de 10 millones de pesos y haberlo vendido en 54 millones de pesos, de lo que resultaría una ganancia exorbitante de 44 millones de pesos.
«Esta acusación es falsa y dolosa. Uno fue el precio pagado por el terreno, otro el monto de la construcción de la nave industrial y, finalmente, el precio de venta de lo ya construido», abundó.
Fuente: El Universal