Para la familia de Marco Francisco García Avalos, uno de los tres estudiantes de la Universidad de Medios Audiovisuales (CAAV) desaparecidos el pasado 19 de marzo, la versión de la Fiscalía de Jalisco sobre el destino final de los jóvenes “es una mentira satánica”, ya que para ellos no hay pruebas suficientes de que fueron asesinados y disueltos en ácido sulfúrico.
En la rueda de prensa que dio la Fiscalía de Jalisco el lunes 23 de abril participó la abogada María Lina Gutiérrez, quien se dijo representante de las familias de los estudiantes y afirmó que éstas aceptaban la versión del asesinato.
Sin embargo, Ramón García, padre del joven Marco Francisco García Ávalos, dice que ella no pidió autorización para ser abogada, “es una amiga de Tepic que llegó para solidarizarse con nuestro dolor, pero nada más, ella jamás llamó a ningún padre de familia (…) lo que sí es verdad es la declaración de la Federación de Estudiantes Universitarios (el 26 de abril, durante una marcha en Guadalajara), de que no se comprobó que nuestros hijos estén muertos”.
María Lina Gutiérrez también es directora general de Contraloría Interna del gobierno de Nayarit y ha estado difundiendo en medios locales de Guadalajara que la investigación de la Fiscalía de Jalisco es sólida y que los padres de Javier Salomón Aceves, Jesús Daniel Díaz y Marco Francisco García Ávalos, la avalan.
Ramón García señala que el ácido sulfúrico no lo vende cualquier gente, es caro y no se puede manejar en tambos de plástico, sino en recipientes de alta resistencia al calor. En el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses le dijeron que no quedaron líquidos ni nada en los tambos donde las autoridades afirmaron que fueron disueltos los jóvenes, que sólo encontraron material genético en una mancha de sangre y en unas esposas, y que éste correspondía al ADN de los padres de Jesús y de Marco.
Desde su análisis, García asegura que lo anterior no acredita que los estudiantes fueron asesinados:
“En primer lugar ese ácido rompe el tambo porque no está preparado para altas capacidades, es carísimo ese ácido y tendrían que investigar quién se los vendió; la gente piensa que al momento de echar el ácido se estaban disolviendo los muchachos, se convertían en ácido y se iban con el Señor. No, no es cierto, porque el ácido transforma la materia pero no la destruye. Si echo una botella, pierde la figura de botella pero abajo queda residuo molecular o a lo mejor porciones grandes, depende del material, no se disuelve de la noche a la mañana y ahora me dice que no hubo tambos, ni una gotita de ese ácido que dicen, no se vale que den esas mentiras tan satánicas, tan maquiavélicas, tan de Frankenstein”.
El video que realizaban Salomón, Jesús y Marco trataba sobre una historia de terror, por lo que probablemente usaron esposas en la grabación. Ramón García piensa que las encontraron en la finca donde hicieron la tarea y que por ello puede haber “ADN de mi hijo ahí, pero esas esposas no muestran que ellos fueron disueltos en ácido. Si en la segunda casa hay una mancha de sangre, no significa que degollaron a alguien. Hasta ahorita no sabemos cuál fue el fin de ellos tres, no sabemos qué pasó ni en qué acabó esto”.
Fuente: Proceso