Charly Pérez
Y entonces el presidente Peña le mandó un contundente mensaje a mister Tump. Palabras, más, palabras menos, mi querido y admirado Enrique le dijo que se vaya a desquitar sus frustraciones a otro lado y no se meta con nosotros, que somos rete unidos y que no nos vamos a dejar. El discurso le dio la vuelta al mundo y en todos lados le aplaudieron a nuestro mandatario… En todos lados, menos aquí, donde nadie quedó conforme. Y cuando digo “nadie”, me refiero a la gente de a pie, a las fantásticas redes sociales y a uno que otro destacado periodista.
Que si, por fin, Peña se dignó actuar como presidente, que si se tardó cinco años en dar el mejor discurso de su historia, que si se envalentonó porque ya va a terminar su sexenio y ya nada le importa, que si lo hizo porque ya estaba demasiado presionado y que si las hilachas…
La cuestión es que el gobierno de la República nunca hace nada bien, ¡nunca hace nada bien! ¡Nada! Y miren que los empresarios, los gobiernos estatales, los académicos, los industriales, los candidatos a la presidencia y todos los sectores que componen el Estado mexicano, se subieron al barco y apoyaron la moción del presidente. Sí, leyó usted bien, los cuatro candidatos a la presidencia también apuntalaron los dichos de Peña. Andrés Manuel López Obrador, el dios de los contreras, dijo: «¿qué creen?, apoyo lo que dijo el presidente de México, Enrique Peña Nieto, porque por encima de nuestras diferencias está el interés nacional. La patria es primero». ¡Vaya! Una de cal…
Entonces, señores, seamos congruentes y no le busquemos trompa a las hormigas, de veras, si hay algo que debamos aplaudir, pues aplaudamos, no nos cuesta nada reconocer los aciertos, aunque sean pocos, de la gente en el poder. Y no, queridas redes sociales, ni estamos en guerra, ni nos van a encuartelar, no exageren.
Obituario: Basta escuchar a AMLO cinco minutos para darse cuenta que no ha cambiado…