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Avengers: Infinity War, un triunfo de excesos

Publicado por
Aletia Molina

A pesar de ser una cinta con dos docenas de estrellas, múltiples locaciones, complejas relaciones y varias batallas, la meta común es la misma: evitar que el malísimo Thanos obtenga las seis Piedras del Infinito. ¿Lo lograrán nuestros superhéroes?

Los sacaré de una duda de inmediato: Avengers: Infinity War no es ningún desastre.

Al contrario: es una cinta de superhéroes con letras mayúsculas y de muchos excesos: docenas de personajes, muchos planetas, varias batallas e, incluso, la meta de obtener las seis Piedras del Infinito, una por una. Todas estas cifras podrían haber resultado en un caos — como confieso que yo estaba anticipando — pero al final resultan en un producto muy bien logrado que saca a relucir todo lo mejor del Universo Cinematográfico Marvel (MCU, por sus siglas en inglés).

Lo que es un hecho es que en Avengers: Infinity War pasan muchas, pero muchas cosas. Aunque no les contaré ningún detalle, como ya se sabe la película trata del intento del malísimo Thanos por hacerse de cada una de las seis Piedras del Infinito (curiosamente, el filme comienza cuando ya tiene una, pero tampoco les diré cuál).

Lo que sí les puedo decir es que vuelven todos los personajes del MCU y los actores que tanto queremos. Se llevan los créditos principales Robert Downey Jr. (Iron Man), Chris Evans (Captain America), Chris Hemsworth (Thor), Scarlett Johansson (Black Widow), Mark Ruffalo (Hulk) y Benedict Cumberbatch (Dr. Strange). Extrañamente, el último en aparecer en los créditos del final es el tercer Chris, Pratt (Star-Lord) en lo que casi supongo es una broma. A ellos se les unen el resto de las estrellas de los Vengadores, los Guardianes de la Galaxia, de Wakanda e incluso tu «amistoso vecino» Spider-Man (Tom Holland).  Los directores son los hermanos Joe y Anthony Russo, que también dirigieron Captain America: The Winter Soldier y Captain America: Civil War.

La ventaja de tener a todos estos superhéroes de vuelta es que no tenemos que dedicarle nada de tiempo a conocerlos: ya los conocemos a todos. No hay ninguna historia de origen y más allá de algo de información nueva sobre la relación de un padre con su hija, todo lo demás es familiar. Eso ayuda mucho a que la trama se mueva a una velocidad de infarto, y también a que aceptemos sin chistar el emparejamiento de Guardianes con Vengadores e, incluso, un romance que vimos germinar en una película anterior.

Desde 2008 se han lanzado 18 películas del Universo Cinematográfico Marvel y todas y cada una tienen información relevante para entender Avengers: Infinity War.

De hecho, las últimas cuatro películas tienen datos clave para comprender el conflicto de Infinity War. También es importante recordar cómo acabaron: Captain America: Civil War finaliza con los Vengadores desperdigados, el Capitán América abandona su escudo y rescata a Scarlet Witch, Ant-Man, Falcon, Hawkeye y Bucky. A este último lo deposita en Wakanda, donde lo congelan para intentar eliminar la programación de su cerebro. Al final de Guardians of the Galaxy Vol. 2 Nebula parte sola a buscar a Thanos para vengarse de él. El resto de los Guardianes, ahora con Mantis como integrante y Groot creciendo como adolescente, viajan por el espacio. Thor: Ragnarok termina con todos los habitantes de Asgard viajando en una nave que es interceptada por una mucho más grande que podría ser la de Thanos; y al final de Black Panther vimos a Bucky surgir de una cabaña en Wakanda, lo cual sugiere que lo han curado y que estará listo para la batalla.

Si crees que esos son muchos puntos para la trama, te dará gusto saber que no son todos. No sólo volvemos a lugares conocidos como Manhattan y al Sanctum Sanctorum de Doctor Strange, sino también regresamos a Wakanda e, incluso, a Knowhere, la mina donde se extraen minerales de lo que fuera un ser celestial. Incluso conoceremos el lugar de origen de Thanos y una forja galáctica impresionante liderada por un Peter Dinklage fantástico (a pesar de la saturación de famosos, cualquier oportunidad de verlo en acción se agradece) que será la locación de uno de los momentos más dramáticos de la cinta, cortesía de Thor.

Pero, como ya dije, la película se trata de una sola cosa: la misión de Thanos para obtener las Piedras del Infinito. Repasemos: las llamadas Piedras del Infinito (Infinity Stones) son seis y antes de esta película se conocía el destino de casi todas. La Piedra del Tiempo (verde), también conocida como el Ojo de Agamotto, está en posesión de Doctor Strange; la Piedra de la Realidad (roja) está en manos de El Coleccionista (Benicio del Toro); la Piedra del Poder (morada) fue entregada por los Guardianes de la Galaxia a los Nova Corps, la autoridad del planeta Xandar; la Piedra de la Mente (amarillo) está, literalmente, insertada en la frente de The Vision (Paul Bettany, el ser que nació de la mano de la inteligencia artificial creada por Tony Stark y Bruce Banner y de Ultron y Dr. Helen Cho, además de un empujón del martillo de Thor); la Piedra del Espacio (azul) es conocida también como el Tesseract y, aparentemente, quedó en manos de Loki, el medio hermano maligno de Thor, al final de Thor: Ragnarok antes de la destrucción de Asgard; y la Piedra del Alma (naranja), que es la única de la que no se sabe su ubicación.

Si llevas bien la cuenta, hay dos piedras en la Tierra, una buena razón para destruirla de nuevo (la invasión de la primera Avengers, también desatada por Thanos, dejó la isla de Manhattan en muy mal estado). Pero las otras tres piedras (restando la que ya tiene Thanos al inicio del filme) nos llevarán por todo el espacio e, incluso, impulsará a algunos de nuestros héroes de la Tierra a viajar por la galaxia — y a los de la galaxia a visitar nuestro planeta. Esa extrapolación de personajes y los grupos de combate sui generis que se forman le resultarán muy divertidos a los fans de la franquicia (aunque requiere de muy buena memoria y de haber visto casi todas las películas anteriores). Por ejemplo, la dinámica de egos entre Doctor Strange y Tony Stark/Iron Man resulta sumamente entretenida; aun más cuando se inserta un tercero, Star-Lord, y contribuye al toma y daca de machismo.

Otra cosa muy divertida es que el MCU, de la mano experta de los Russo, ha logrado calibrar muy bien el sentido del humor e intercalar chistes muy buenos (en particular me gustan los relacionados a la cultura pop de la boca de Spider-Man, Iron Man y Star-Lord). Esto viene desde Thor: Ragnarok, que transformó muy bien al personaje del dios del rayo y lo hizo más divertido. Aunque en esta ocasión Thor no es la fuente de las risas, el personaje contribuye en muchos otros sentidos al éxito de Infinity War.

Aunque algunos de los personajes más queridos no salen tanto y está claro que los líderes de los Vengadores siguen siendo Iron Man y Capitán América, cada uno contribuye de forma precisa y acertada a la historia. Como dije, la cantidad de estrellas y de personajes me daba mala espina y entré con expectativas bajas a lo que anticipaba sería un caos, pero eso no es lo que resultó: Avengers: Infinity War es una compleja y ambiciosa danza de cuerpos, lugares, números y cifras — muchos personajes, muchas piedras, muchas batallas, muchos planetas — que sumados dan un total bastante bien logrado casi tan poderoso como tener todas las Piedras del Infinito a la vez.

El final, un tanto inesperado, te confirmará que esta película es efectivamente cosa de vida o muerte. Lo que me queda claro es que tras una conclusión muy abrupta y determinante, Marvel tendrá que echar mano de la Piedra del Tiempo para salirse el embrollo en que se ha metido.

Avengers: Infinity War se estrena este 27 de abril en Estados Unidos, España y México y esa misma semana a nivel mundial.

Fuente: cnet.com

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Aletia Molina