Un triunfo de Andrés Manuel López Obrador, candidato de la coalición Juntos Haremos Historia, en la elección presidencial del primero de julio “es el resultado más probable en este momento”, afirmó Citibanamex, uno de los principales grupos financieros del País.
“Nosotros estamos asumiendo tal escenario”, añadió la filial mexicana del estadunidense Citi. Sostuvo que “el cambio en la política económica va en serio” y advirtió de un deterioro en la condición macro y microeconómica del país.
“Si hace un año nos hubieran preguntado por un estimado del tipo de cambio para abril del 2018 suponiendo una ventaja de dos dígitos de AMLO sobre su rival más cercano, un nivel de 18.17 pesos por dólar habría provocado gran escepticismo. Sin embargo, este nivel ha sido el promedio del tipo de cambio para la primera mitad de este mes, a pesar de que López Obrador supera a Ricardo Anaya (candidato por la coalición Por México al Frente) por 19 puntos porcentuales”, añadió el área de análisis de Citibanamex. A esta situación la llamó “la paradoja de abril”.
Una vez que revisa los promedios de preferencia electoral que arrojan encuestas publicadas hasta ahora, Citibanamex consideró “natural” que los participantes en los mercados financieros asuman una victoria de López Obrador como el resultado más factible en este momento.
“A final de cuentas, la decisión depende de los votantes. Sin embargo, intentar atribuir la paradoja de abril a que los mercados no creen en las encuestas, suena disparatado, en el mejor de los casos”.
Los cambios propuestos por López Obrador en el ámbito de las reformas puestas en marcha durante el actual gobierno eventualmente generarían inconsistencias macroeconómicas en términos de las políticas monetarias, fiscales y comerciales, así como distorsiones a nivel microeconómico, consideró.
“El deterioro del escenario macroeconómico que prevemos se debe al hecho de que realmente no vemos cómo podría aumentar la inversión fija bruta -la pública aumenta, pero no compensa la menor inversión privada-, lo que lleva a un crecimiento del producto interno bruto (PIB) menor.
“Para el 2022, la diferencia sería de 0.7 puntos porcentuales; el peso estaría más débil frente al dólar y la inflación más alta. Eventualmente hay un deterioro significativo de las cuentas fiscales, lo que impactaría las calificaciones soberanas y conduciría a tasas de interés más altas”, sostuvo.
Para los especialistas, la explicación a la fortaleza que ha mostrado el peso –lo que llaman “la paradoja de abril”— y en general el desempeño de los mercados financieros es una combinación de factores como un dólar débil; una demanda alta de instrumentos en pesos, porque las tasas de interés en México son elevadas respecto de otros países; y mayor optimismo por la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Sin embargo, añade que los factores políticos serán más relevantes para explicar el desempeño del mercado financiero en el segundo trimestre de 2018.
“Entonces llegamos a lo que en última instancia es la pregunta más relevante: ¿el peso reaccionará ante el riesgo político? Si nuestra evaluación de las encuestas y de las implicaciones de una posible victoria de AMLO es correcta, la respuesta sería sí. Pero los puntos de entrada importan; desde el punto de vista de los participantes en el mercado, podría tener más sentido considerar las elecciones mexicanas no como un evento, sino como un proceso”.
Citibanamex plantea que los tres principales candidatos presidenciales: López Obrador, Ricardo Anaya y José Antonio Meade (de la coalición Todos por México) están de acuerdo en asumir un buen manejo de la política monetaria y garantizar la autonomía del Banco de México; un manejo fiscal prudente; y políticas a favor del libre comercio y de mantener el TLCAN.
“Donde empiezan las diferencias es en el frente de las reformas estructurales. Tanto Anaya como Meade apoyan la continuidad de las reformas en marcha, mientras que López Obrador ha sido crítico de esas reformas”, dice.
El que las objeciones de AMLO se traduzcan en una reversión de las reformas requeriría mayorías legislativas, pero aún si dicha mayoría no se logra, habría consecuencias económicas, aseguró.
Ello se debe a que las reformas estructurales son “un componente integral de un marco coherente de política macroeconómica”. Por ende, una modificación selectiva del programa de reformas estructurales genera riesgos de inconsistencias.
“Siendo justos, el arreglo actual no es el único marco macroeconómico coherente. Un enfoque que por ejemplo asigne un mayor papel al Estado en la economía sería consistente con un aumento sustancial en impuestos; si esto es un resultado preferible o no depende a final de cuentas de la función de bienestar social. Además, ningún marco de política está libre de inconsistencias: una implementación exitosa precisa flexibilidad y la capacidad para adaptarse a circunstancias cambiantes”.
Para los analistas, lo relevante es que las divergencias de política propuestas por AMLO en el frente de reformas tarde o temprano generan inconsistencias respecto de los tres consensos macroeconómicos (monetario, fiscal y comercial) así como distorsiones a nivel microeconómico.
“Es una aseveración fuerte, pues esencialmente implica que la economía bajo AMLO enfrenta un cambio de régimen que no vemos bajo Anaya o Meade”.
Añadió el reporte:
“No anticipamos desviaciones inmediatas en los resultados económicos. Por el contrario, nuestra preocupación tiene que ver con crecientes inconsistencias derivadas de las decisiones discrecionales sobre la asignación de recursos, lo que lleva a crecientes distorsiones microeconómicas y, finalmente, a menores tasas de inversión. El primero implica un tipo de cambio real más débil y, por lo tanto, un mayor equilibrio nominal para la economía que, nuevamente, se materializaría lentamente”.
Fuente: La Jornada