El policía que se cambió por una rehén durante ataque a un supermercado en el sur de Francia murió a consecuencia de sus heridas, elevando a cuatro el número de fallecidos en el asalto. El agente fue honrado el sábado como un héroe nacional por su «excepcional coraje y altruismo».
El teniente coronel Arnaud Beltrame, de 44 años, fue uno de los primeros agentes que respondieron al asalto del viernes.
Beltrame, quien entró en las fuerzas especiales de élite de la Policía en 2003 y estuvo desplegado en Irak en 2005, había organizado una sesión de formación para este tipo de situaciones con rehenes en la región de Aude el pasado diciembre. Entonces armó a sus agentes con pistolas de pintura, según el diario local Depeche du Midi.
«Queremos estar lo más cerca posible de las condiciones reales», explicó entonces el policía.
Pero cuando entró al mercado el viernes tras prestarse voluntario para ocupar el sitio de una rehén, había entregado su arma.
Lo que no sabía el captor, de origen marroquí, es que había dejado su celular encendido para que la policía en el exterior pudiera escuchar lo que ocurría dentro del mercado. Las autoridades dijeron que cuando escucharon disparos en el interior decidieron ingresar. Beltrame sufrió una herida fatal.
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Su muerte eleva a cuatro personas el número de víctimas mortales del ataque. El agresor fue abatido por las fuerzas de seguridad y otras 15 personas resultaron heridas.
«Arnaud Beltrame murió al servicio de una nación a la que ya le había dado mucho», dijo el Presidente Emmanuel Macron, en un comunicado. «Al dar su vida para terminar con el plan mortal de un terrorista yihadista, cayó como un héroe».
Según el comunicado, Beltrame formó parte de la guardia presidencial en 2012 y obtuvo uno de los más altos honores de Francia, la Orden del Mérito. Estaba casado y no tenía hijos.
Cedric Beltrame, hermano del agente caído, dijo a la emisora de radio RTL el sábado que Arnaud falleció «como un héroe», añadiendo que «sabía muy bien que no tenía casi posibilidades. Era muy consciente de lo que estaba haciendo».
Varias personas depositaron flores el sábado delante de la sede de la Gendarmería en Carcassone para rendir tributo al teniente coronel Beltrame.
La investigación se centrará en establecer cómo el agresor, identificado por la Fiscalía como Redouane Lakdim, consiguió el arma y se radicalizó, explicó Macron.
El viernes en la noche, las autoridades catearon un edificio y un edificio en el centro de la localidad de Carcassonne, donde se cree que vivía Lakdim.
La Policía detuvo durante la noche a un joven de 17 años no identificado por un supuesto delito de asociación delictiva relación con el terrorismo, dijo la Fiscalía de París. El menor es amigo del agresor, según las autoridades.
Lakdim tenía antecedentes penales por delitos menores y narcomenudeo. Pero también estaba bajo vigilancia y desde 2014 fue incluido en la llamada «Fiche S», un registro gubernamental de individuos que presuntamente están en vías de radicalización pero no han cometido actos de terrorismo.
A pesar de esto, el Fiscal de París, François Molins, dijo que «no había señal de advertencia» de que Lakdim llevaría a cabo un ataque extremista.
Una mujer cercana a Lakdim fue detenida por sus supuestos vínculos con una acción terrorista, dijo el viernes Molins, quien no la identificó.
El drama de cuatro horas comenzó a las 10:13 de la mañana, cuando Lakdim robó un carro cerca de Carcassonne, mató a uno de los ocupantes e hirió a otro, dijo el Fiscal.
Lakdim después disparó contra agentes que regresaban de trotar cerca de Carcassone, dijo Yves Lefebvre, secretario general del sindicato de policías SGP Police-FO. Los policías llevaban ropa deportiva con insignias de la Policía. Un agente fue baleado en un hombro, pero la herida no fue grave, señaló Lefebvre.
Lakdim después se dirigió al mercado Super U, en la localidad vecina de Trebes, 100 kilómetros al sureste de Tolosa, mató a tiros a dos personas en el lugar y tomó un número indeterminado de rehenes.
Unidades especiales de la policía acudieron al lugar mientras las autoridades cerraban las calles y pedían a la gente alejarse del lugar.
Gritó «¡Alahu Akbar! (Dios es grande)» y afirmó que era un «soldado del Estado Islámico» cuando ingresó en el Super U, donde había unas 50 personas, según Molins.
«Escuchamos una explosión, bueno varias explosiones», dijo el comprador Christian Guibbert a la prensa. «Fui a ver qué ocurría y vi a un hombre tendido en el piso y a otra persona, muy agitada, que tenía una pistola en una mano y un cuchillo en la otra».
Guibbert dijo que llevó a su esposa, su cuñada y a otros clientes a la cámara de refrigeración. Luego regresó para ver dónde estaba el atacante y llamó a la Policía para describir la situación.
«En ese momento me persiguió. Me eché a correr, por supuesto, lo perdí. Tomé la salida para emergencias y vi cuando llegó la Policía», agregó.
Durante la toma del supermercado, Lakdim exigió la liberación de Salah Abdeslam, el único agresor sobreviviente de los ataques del 13 de noviembre de 2015 en París que dejaron 130 muertos.
El ministro del Interior sugirió en cambio que la puesta en libertad del extremista no fue el motivo clave para el ataque.
Lakdim respondía al llamado del grupo autodenominado Estado Islámico a atacar a los países presentes en la coalición liderada por Estados Unidos que lucha contra la milicia radical en Siria e Irak desde 2014, explicó la agencia Aamaq, vinculada a Estado Islámico. Francia es un blanco habitual por su participación en la alianza.
Francia está en alerta máxima desde una ola de ataques extremistas en 2015 y 2016 que se cobraron más de 200 vidas.
Fuente: Reforma