Ana Paula Ordorica
Estamos a dos días de que arranquen formalmente las campañas hacia la elección del 1º de julio y el puntero sigue siendo Andrés Manuel López Obrador. Entre más se acerca el día de la elección y entre más se consolida AMLO, más nerviosos se ponen quienes ven en su triunfo el regreso de las más viejas prácticas antidemocráticas y retrógradas. Es decir, banqueros, empresarios e intelectuales liberales, están asustados de lo que la victoria de López Obrador pueda generar para México.
Ante un AMLO que habla de referéndums y consulta popular en dos años ¿qué lo va a detener para pedir lo mismo al concluir su sexenio para ver si el pueblo quiere que permanezca más tiempo en la presidencia?
Ante un AMLO que no está dispuesto a respetar normas y compromisos ya adquiridos, como la reforma energética o los contratos ya en marcha para la construcción del Nuevo Aeropuerto ¿qué Estado de Derecho esperar si gana el 1º de julio?
Tener a México en manos de un mesías que cree en la divinidad de su proyecto que incluye propuestas que han probado haber fallado en el pasado se antoja como el último clavo en el féretro de un México que se ha ido en picada. Y sin embargo, hay quienes están dispuestos a apostarle a ese nuevo experimento una vez más.
Ante el susto de los que no quieren que la apuesta nueva sea con Andrés Manuel ¿qué ofrecen quienes tienen en sus manos el poder de hacer una diferencia para los ciudadanos mexicanos que están cansados?
Por ejemplo: ¿Qué ofrecen los empresarios y banqueros que quedaron asustados con López Obrador y su discurso en la Convención Bancaria? Más allá de amenazar con que no volvería a amarrar al tigre si hay fraude el 1º de julio, en Acapulco AMLO hablo sobre la necesidad de que los banqueros le otorguen créditos a los millones de pobres y campesinos que ni siquiera tienen una cuenta de banco. Es decir, AMLO quiere que los banqueros le otorguen créditos a quienes no son sujetos de créditos lo cual es absolutamente irracional. Los banqueros lo critican y se alinean con Anaya o con Meade.
Esta actitud de los banqueros no resuelve el problema de que millones de mexicanos que no son sujetos de crédito escuchen a AMLO y lo vean como su salvador.
Se filtran comunicaciones de los consejeros de los bancos en donde se dicen horrorizados por lo que viene si gana López Obrador, pero ¿qué proponen ellos para que ese 37-44% de los ciudadanos que voltean a ver a AMLO como la apuesta que queda para arreglar a México se de cuenta que él no sacará al país adelante?
Asustar con que AMLO implica el regreso de Echeverría es hablarle sobre algo que no comprenden los 14 millones de jóvenes que van a votar esta vez por primera ocasión y para quienes Echeverría es un nombre y un concepto totalmente ajeno y desconocido.
Hace falta que quienes tienen miedo de que AMLO gane se den cuenta que el status quo es insostenible. Por ello no basta con que denuncien y asusten. Aun sin ser funcionarios, políticos o candidatos, hay quienes pueden hacer ofertas para los mexicanos. En México se cobran enormes tasas de interés y comisiones bancarias como no cobran los grandes bancos en otros países avanzados. En México hay salarios bajísimos con condiciones lamentables para los trabajadores y sus familias. Es momento entonces de que quienes tienen en sus manos estas decisiones hagan una verdadera oferta para que los mexicanos dejen de escuchar el canto de las sirenas de AMLO.
Los grandes privilegiados que no quieren ver que AMLO gane tienen que hacer una oferta concreta. A diferencia del 2006, ante el hartazgo ciudadano, esta vez asustar no servirá.
¿Qué soluciones van a ofrecer los que tienen respuestas a su alcance y saben que López Obrador será una apuesta fallida para que no gane?
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