Hope Hicks abandonó hoy la Casa Blanca, un mes después de anunciar que renunciaba a su puesto de directora de comunicación, y dejó esa tarea, al menos temporalmente, en manos del propio presidente estadunidense, Donald Trump, que no parece tener prisa por encontrar un sustituto.
Hicks, que era la asesora más veterana de Trump y tan cercana al presidente que muchos la conocían como su «hija adoptiva», se despidió hoy del mandatario y ambos salieron juntos del Despacho Oval para saludar a los periodistas.
«Hope fue una tremenda líder para nuestro equipo», aseguró una portavoz de la Casa Blanca, Lindsay Walters, en una conferencia de prensa.
Hicks, de 29 años, anunció a finales de febrero que dejaría pronto su cargo para buscar otras oportunidades, un día después de reconocer, ante un comité del Congreso que investiga latrama rusa, que había dicho «mentiras piadosas» para favorecer a Trump.
Fuente: Milenio