Un paquete bomba estalló poco después de la medianoche del martes en el interior de un centro de distribución de FedEx en Schertz, Texas, dejando a un trabajador con heridas menores.
La explosión tuvo lugar alrededor de la 1 de la madrugada, dijo la agente especial del FBI Michelle Lee.
El empleado fue atendido por médicos y ya fue dado de alta, informaron la policía de Schertz y FedEx.
Lee dijo que aunque todavía es anticipado en la investigación, “sería una tontería no admitir que sospechamos que está relacionado” con las cuatro explosiones en Austin que han matado a dos personas y herido a otras cuatro desde el 2 de marzo.
La funcionaria no precisó cómo era el paquete que estalló el martes.
El incidente ocurrió luego de varias explosiones más registradas en Austin, la capital del estado de Texas, en las últimas tres semanas. Según las autoridades, el responsable podría ser un atacante en serie, pero por el momento no parecen estar cerca de realizar detenciones.
Por el momento, los investigadores tienen más preguntas que respuestas mientras el miedo se extiende por Austin.
Los tres paquetes bomba que aparecieron ante distintas puertas en el lapso de 10 días desde el 2 de marzo mataron a dos personas y causaron otros dos heridos. El domingo en la noche, otro explosivo activado por un cable trampa casi invisible dejó otros dos heridos.
En un primer momento, la policía barajó la hipótesis de posibles delitos de odio.
Ahora, las víctimas son afroestadunidenses, hispanos y blancos de diferentes zonas de Austin, una ciudad cada vez más diversa.
Tras buscar posibles vínculos entre los fallecidos y heridos, la policía admite que la existencia del cable trampa supone que la elección de las víctimas podría ser totalmente aleatoria.
Durante días, la policía ha advertido a la gente que no toque paquetes que no espera o de apariencia sospechosa, lo que causa escalofríos porque las personas reciben más entregas afuera de las puertas de sus casas que antes por el aumento de las compras por internet.
Centenares de agentes del FBI y del departamento de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos se han sumado a la investigación, y la recompensa por información que conduzca a un arresto fue subida a 115 mil dólares.
Fuente: Excélsior