El águila del Hemiciclo a Juárez acumula deterioros en garras, alas y cabeza que requieren intervención especializada, de acuerdo con la restauradora Verónica Chacón.
Desde hace 15 años, cuando la atendieron tras haber sido decapitada, la escultura no recibe una restauración, informó el INBA, dependencia que prepara un dictamen para entregarlo al Gobierno de la Ciudad de México -custodio del monumento-, y proceder, «si fuera el caso», a los tratamientos respectivos.
«Es necesario señalar que la durabilidad de los trabajos de conservación en obras que se encuentran a la intemperie es problemática debido a agentes externos como la lluvia ácida, la contaminación ambiental, el vandalismo y los movimientos sísmicos», apuntó el Instituto en una nota informativa.
Luego de la restauración de 2003 que restituyó la cabeza del ave -desprendida ese año por un ebrio que la golpeó con un bloque de piedra- las autoridades capitalinas se concentraron, sobre todo, en labores de limpieza y mantenimiento en el Hemiciclo de mármol blanco de Carrara, obra del arquitecto Guillermo Heredia, cuya construcción se remonta a 1910.
Los trabajos de remozamiento de 2016, encomendados por la Autoridad del Espacio Público (AEP) a la empresa Megarquitectos, fueron criticados por especialistas en restauración, debido a la aplicación de lo que identificaron como pintura blanca sobre el mármol.
La AEP y el INAH -dependencia que autorizó la intervención- rechazaron haberlo pintado; se trató, dijeron, de un recubrimiento para protegerlo de las pintas vandálicas. (REFORMA 31/03/2016).
Prosiguen en el monumento las huellas de la fallida intervención, observa Chacón, quien advirtió dos años atrás el indebido procedimiento.
Este diario tuvo acceso el martes al área de la tribuna del Hemiciclo -habitualmente restringida al público- y constató los faltantes, manchas, grietas y desprendimientos que presenta el águila.
Consultada sobre la condición de la pieza, Chacón señaló las visibles huellas de intervenciones en el pico, el ala derecha y la garra izquierda: «se notan mucho».
«En la garra derecha le hace falta colocarle injertos, es una zona que permite que aniden insectos y es un espacio abierto para época de lluvias, así como factores humanos de posible deterioro si meten objetos», detalló.
Son muy evidentes también, apunta, las grietas de la cabeza y del costado derecho.
«En general, requiere una intervención con injertos, preferentemente de mármol mismo, por su resistencia y compatibilidad en cuanto a la vista que genera. Requiere resanes, no sólo con cal; pudiera ponerse polvo de mármol para darle la resistencia adecuada», aconseja la experta.
El centenario monumento en honor al ex Presidente Benito Juárez requirió mil 620 bloques de mármol, tiene un peso de 70 toneladas y mide 7.5 metros, según datos del Sistema Bibliotecario de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Fuente: Reforma