La comisión investigadora de la ONU sobre los crímenes en Siria dijo hoy que tiene evidencia de que un avión ruso atacó el pasado 13 de noviembre un mercado en la localidad de Atarib (provincia siria de Alepo), en el que murieron 84 personas y que este acto puede considerarse un crimen de guerra.
Se trató de una serie de bombardeos en plena tarde contra un mercado que estaba «repleto», en una zona donde además había tiendas, restaurantes, locales comerciales y viviendas, precisa la comisión en su nuevo informe sobre las graves violaciones de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario en Siria.
«El uso de bombas no guiadas en una área con fuerte densidad de civiles puede equivaler al crimen de guerra que consiste en lanzar ataques indiscriminados que resultan en la muerte y daños a civiles», explicó a la prensa el presidente de la comisión, Paulo Sérgio Pinheiro.
Fuente: Crónica