Los aranceles propuestos por el presidente Donald Trump para el aluminio y el acero pueden afectar todo tipo de productos que los estadounidenses consumen o usan diariamente, desde las cervezas Bud Light hasta los kisses de Hershey y las computadoras Mac.
Si bien los gravámenes metálicos afectarían más a las industrias automotriz y aeroespacial, éstas tienen una amplia gama de negocios, incluidos los artículos que los consumidores compran frecuentemente.
La cerveza, refrescos, dulces, sopa enlatada e incluso productos farmacéuticos dependen del aluminio para sus latas, envoltorios y blisters, mientras que muchos productos electrónicos incluyen el metal. Según Bloomberg Intelligence, los envases representan aproximadamente el 18 por ciento del consumo de aluminio en Estados Unidos.
Según Matthew Shay, director ejecutivo de la Federación Nacional de Minoristas, los costos más altos obligarían a las empresas que fabrican esos productos a recortar empleos e incrementar los precios para los compradores.
«Cuando los costos de las materias primas como el acero y el aluminio se elevan artificialmente, todos los estadounidenses finalmente pagan la factura con precios más altos para todo, desde productos enlatados hasta automóviles», dijo el directivo en un comunicado. «Estos aranceles amenazan con destruir más puestos de trabajo de los que se crearán».
Trump dijo este jueves que Estados Unidos impondrá aranceles del 25 por ciento al acero importado y del 10 por ciento al aluminio durante «un largo período de tiempo».
Molson Coors Brewing Co. y Anheuser-Busch InBev NV, las cerveceras más grandes de Estados Unidos, instaron a la administración Trump a no cumplir con la propuesta.
«Alrededor de 2 millones de trabajos dependen de la industria de la cerveza en Estados Unidos. Exhortamos al Departamento de Comercio y al presidente Trump a que consideren el impacto de las tarifas de restricción al comercio», dijo Felipe Dutra, director financiero de AB InBev, en una conferencia con analistas.
Simplemente no hay suficiente hojalata de aluminio disponible en EU para satisfacer la demanda, tuiteó MillerCoors, la división estadounidense de Molson Coors. La demanda de la hojalata de acero fue de 2.1 millones de toneladas en 2016, mientras que el suministro interno fue de solo 1.2 millones de toneladas, según el Can Manufacturers Institute, una organización comercial.
Trump dijo que las tarifas son importantes para la seguridad nacional. MillerCoors no estuvo de acuerdo con ese argumento en otro tweet: «El Departamento de Defensa informó recientemente que el aluminio no causa ningún problema de seguridad nacional».
El impacto generalizado de los aranceles propuesto por Trump ha creado enemigos de la política incluso dentro del Partido Republicano. El representante Charlie Dent de Pensilvania expresó especial preocupación por Hershey Co., quien utiliza aluminio para envasar dulces como los chocolates Kisses.
Hershey Co. y Mars Inc., quien fabrica los Life Savers envueltos en aluminio, no respondieron de inmediato a las solicitudes de comentarios.
Los detalles del plan de Trump aún no están claros, y tampoco cómo se implementan las tarifas que afectarán a los productos estadounidenses. Apple Inc. , que ensambla muchos de sus dispositivos en China, incluidos sus teléfonos con bordes de aluminio o acero. Si los gravámenes solo se aplican a las materias primas, el efecto en Apple sería menor, ya que la compañía produce solo una pequeña porción de sus Macs en Estados Unidos, según Gene Munster de Loup Ventures.
Si la tarifa incluye productos terminados, los costos de las Mac y el iPhone de Apple podrían subir hasta en un 0.2 por ciento, suponiendo que el arancel sea para sólo un porcentaje de los componentes de metal de los Mac y los iPhone, dijo Munster.
Apple no quiso hacer ningún comentario al respecto.
«No veo mucho aumento en los costos», dijo Jun Zhang, un analista de Rosenblatt Securities que sigue a Apple y otras compañías electrónicas. «Simplemente aumentará las guerras comerciales entre EU y China, pero no habrá mucho impacto en la tecnología en sí», añadió.
Fuente: El Financiero