La Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) advirtió hoy de una inminente «catástrofe humanitaria» si no se envía de inmediato combustible a la Franja de Gaza, y asegura que solo queda para mantener en marcha servicios críticos durante diez días.
«La crisis eléctrica lleva a Gaza al borde del desastre», aseguró este organismo en un comunicado, en el que añadió que «se necesita desesperadamente financiación para (enviar) combustible de emergencia».
«Los hospitales ya han empezado a cerrar. Sin fondos, más proveedores de servicios se verán forzados a suspender sus operaciones durante las próximas semanas y la situación se deteriorará drásticamente, con un potencial impacto sobre toda la población. No podemos permitir que esto pase», asegura en la nota el coordinador de OCHA en los territorios ocupados, Roberto Valent.
La ONU coordina el envío de fuel de emergencia que mantenga en marcha los generadores de reserva y los vehículos «para garantizar un nivel mínimo de servicios de salud, agua y saneamiento en medio de la grave crisis de electricidad a la que hace frente Gaza».
Según datos de este organismo, los más de dos millones de personas que viven en la Franja, la mitad de ellos mujeres y niños, no reciben más de ocho horas de electricidad al día.
Y estima que para este año son necesarios 6,5 millones de dólares para proporcionar 7,7 millones de litros de combustible de emergencia, «el mínimo indispensable para evitar el colapso de los servicios».
Hasta el momento, diecinueve centros médicos de Gaza han dejado de ofrecer servicios a sus pacientes debido a la falta de electricidad, tres de ellos hospitales y el resto pequeñas clínicas y ambulatorios, según datos del Ministerio de Salud.
Según la ONU, los principales servicios de emergencia y diagnosis que están en riesgo son las radiografías, resonancias magnéticas,tomografías, unidades de cuidados intensivos, quirófanos en trece hospitales públicos, además de 55 depósitos de aguas fecales, 48 plantas desalinizadoras y la capacidad de recolección de basuras.
El movimiento islamista Hamás, que controla la franja desde 2007, culpa de la escasez de energía a la Autoridad Nacional Palestina (ANP), con la que está inmersa en un proceso de reconciliación que parece estancado y por el que debería transferir el control del territorio.
El gobierno palestino, por su parte, asegura que el problema se debe a las reticencias de Hamás a entregar el control y a invertir en los servicios públicos los impuestos que aún recauda.
Fuente: Crónica