En Vancouver 2010 había tenido su primera experiencia olímpica. Fue cuarta pero con su mejor registro personal. Cuatro años más tarde, cuando Sochi la debía recibir como una de las grandes candidatas a obtener una medalla, Ashley Wagner, con una mayor experiencia internacional, fue la elegida para representar al patinaje artístico estadounidense en la prueba individual femenina. Pero Wagner «fracasó» con un séptimo puesto.
Hoy todo el mundo habla de Mirai Nagasu, la californiana de 24 años descendiente de japoneses (sus padres manejan un restorán de sushi) que en los Juegos de PyeongChang realizó con éxito uno de los saltos más difíciles: el triple axel. ¿Qué es el triple axel? Primero hay que destacar de donde viene el término «axel». Como en la gimnasia hay determinadas figuras que homenajean a quien la realizó por primera vez -el caso del popular «Cristo» de Federico Molinari-, en el patinaje artístico existen históricos personajes que se animaron a hacer determinados movimientos por primera vez y esos saltos llevan su nombre. Axel Paulsen, fallecido en 1938, fue un destacado patinador noruego de velocidad y artístico…
Su debut en un campeonato importante fue en el Gran Torneo Internacional, la primera competencia a nivel mundial de patinaje sobre hielo celebrada en Viena en 1882. Después de ganar la carrera de velocidad quedó tercero en la prueba de patinaje artístico aunque obtuvo un premio por una figura especial consistente en un salto de un giro y medio en el aire que pasó a conocerse como el «salto de Axel Paulsen» o, simplemente, «axel».
La buena de Nagasu, entonces, hizo el triple axel, un salto que, como los cuádruples, no es obligatorio para las mujeres aunque sí para los varones y que es el más complicado entre los seis que existen. ¿Por qué? Por el físico de las chicas (Nagasu mide apenas 1,64 metros) y su menor potencia de piernas. En definitiva, ¿en qué consiste el triple axel? Son tres vueltas y media en el aire pero con una particularidad: los patines tienen una canaleta en el medio que separan dos cuchillas que están a apenas cuatro milímetros una de la otra. A una se la llama externa y a la otra, interna. Por la condición de diestra de Nagasu, en este tipo de salto el despegue es hacia adelante con la externa de la pierna izquierda y luego de los giros correspondientes el aterrizaje es hacia atrás con la externa de la pierna derecha. Todo bien complicado.
Nagasu, que a los 5 años empezó a patinar porque un día de lluvia, aburrida, no pudo ir a tomar su habitual clase de golf, llevó a la práctica con éxito lo que muchos dicen será moneda corriente en los próximos tiempos entre las rusas que vienen progresando a pasos agigantados como Evgenia Medvedeva (18 años), Maria Sotskova (17) y Alina Zagitova (15). Pero, por ahora, las luces la iluminan a ella mientras baila con la música de Frederic Chopin y Claude-Michel Schönberg.
Fuente: Clarín
#EnContexto Mirai Nagasu logra histórica pirueta en Pyeongchang