Los Juegos Olímpicos de Invierno de PyeongChang han puesto su broche final con la ceremonia de clausura, después de convertirse en la primera cita donde las dos Coreas han desfilado y competido bajo la bandera unificada. Este ha sido el gran logro de estos juegos y por los que serán llamados los «Juegos de la Paz».
El deporte ha logrado que las dos Coreas se de una tregua, aparcando su guerra abierta desde 1953 para desfilar bajo la misma bandera, la unificada, y competir juntas, como sucedió con el equipo unificado de hockey sobre hielo femenino.
«Los deportistas construyeron una amistad que trasciende el propio deporte, compitiendo como una sola nación», destacó en el acto el presidente del comité organizador, Hee-beom Lee. «La semilla de paz que habéis plantado se va a convertir en un gran árbol», añadió.
Así, estos ‘Juegos de la Paz’ se han despedido después de 19 días de competición tras los que Noruega ha encabezado el medallero y en el que el Javier Fernández, ha portado la enseña española en unos Juegos inolvidables también para nuestro España, con dos medallas de bronce, la del propio Fernández en patinaje artístico y la de Regino Hérnandez en snowboard.
Tras el espectáculo inicial de luz, música y color en el Estadio Olímpico, coronado con la aparición de una espectacular pagoda luminosa, las banderas de los países participantes se fueron proyectando en las gradas del recinto. Así, en medio de la algarabía del público, los abanderados de la clausura fueron haciendo su aparición ataviados con sus enseñas nacionales. El patinador Javier Fernández, portó el estandarte rojigualdo.
Los grandes protagonistas de PyeongChang levantaron a los presentes en el estadio. Así, la esquiadora de fondo Marit Bjoergen, que se va de PyeongChang con cinco preseas y como máxima medallista de la historia de los Juegos de Invierno (15), tuvo el honor de salir a la pista con la bandera de Noruega, a la que hizo ganadora del medallero con su oro de este mismo domingo en la prueba de 30 kilómetros estilo clásico con salida en masa.
También portó la enseña de su país, la República Checa, la joven Ester Ledecka, otro de los grandes nombres al hacer historia conquistando dos oros en dos deportes diferentes, en el supergigante de esquí alpino y en el gigante paralelo de snowboard.
Tras ello, comenzó el desfile de los participantes, encabezado por Grecia como cuna de los Juegos y cerrado con la anfitriona, Corea del Sur, que desató la euforia entre los presentes en el recinto olímpico. Mientras, Rusia desfilaba bajo la bandera olímpica, después de que el Comité Olímpico Internacional (COI) decidiese este mismo domingo no restablecer su estatus olímpico; el país cumple una sanción del organismo por elaborar una trama de dopaje sistematizado amparada por el Estado durante la cita olímpica anterior.
Con todos los deportistas ubicados ya en sus asientos, una gran figura de una tortuga, dios guardián del país, sirvió como telonera de la ceremonia de entrega de las últimas medallas, ofrecidas por el presidente del COI, Thomas Bach. La ovación fue cerrada con la subida al podio de la leyenda Marit Bjoergen.
El espectáculo en blanco y negro sobre el tiempo y el espacio dio paso a la actuación de la banda de k-pop surcoreana EXO, y ello a la entrega de la bandera olímpica del alcalde de PyeongChang a su homólogo de Pekín, Jining Chen, donde se celebrarán los Juegos de Invierno de 2022. La capital china ofreció una soberbia presentación de lo que espera en cuatro años.
Después de los discursos institucionales, el DJ holandés Martin Garrix puso la nota musical al acto en medio de los fuegos artificiales. Pekín espera en cuatro años.
Fuente: RTVE
#EnContexto La llama olímpica ya ilumina los Juegos de la Paz, Pyeongchang 2018