Se alzó el telón de los JJOO de Invierno PyeongChang 2018. Alrededor de 3.000 atletas de 92 países se han dado cita en la ciudad alpina ubicada en la provincia de Gangwondo para competir por las medallas del evento deportivo invernal más importante del mundo. Los JJOO podrían generar un impacto económico directo de 21 billones de wones (19.300 millones de dólares) en el país, derivados de los ingresos por turismo y otros asociados a las nuevas infraestructuras.
Asimismo se prevén otros beneficios a largo plazo menos tangibles de unos 43 billones de wones (39.600 millones de dólares). Sin embargo, el objetivo más esperado es que contribuya a mejorar la imagen del país y sus marcas. Así, Corea se ha convertido en el quinto país en albergar los cuatro eventos deportivos más importantes del mundo: los Juegos Olímpicos de verano e invierno, la Copa Mundial de Fútbol y el Campeonato Mundial de Atletismo.
De hecho, las olimpiadas de Seúl en 1988 y la Copa Mundial de la FIFA Corea/Japón 2002, fueron una buena oportunidad para mejorar la imagen-país de Corea e impulsar la economía. El Banco de Corea revisó al alza sus pronósticos de crecimiento económico para este año del 2,9% al 3%, por el dinamismo derivado de los Juegos Olímpicos y los efectos del incremento del salario minimo. Así, estima que aumente un 0,1% el consumo interno en el primer trimestre, y que los juegos generen un efecto llamada para que atraiga a más de dos millones de turistas, sumando un 0,2% al PIB del país.
En cuanto al empleo, el Instituto Coreano para la Economía Industrial y el Comercio (KIET) proyecta que se han creado unos 230.000 nuevos puestos de trabajo. Además, la participación de la delegación norcoreana en el evento deportivo ha ayudado a atenuar la tension en la peninsula coreana, factor que podría contribuir a mejorar la calificación crediticia del país. Por su parte, los habitantes de la ciudad sede albergan también altas expectativas gracias al desarrollo y a los resultados de los Juegos Olímpicos. PyeongChang busca abrir sus puertas al desarrollo y ganar fama a nivel mundial como destino turístico, al igual que hicieron otras ciudades anfitrionas de las olimpiadas.
No obstante, no todos los efectos serán positivos. Algunas entidades cuestionan el impulso económico, indicando como desventajas la falta de conocimiento sobre la sede, la escasa venta de entradas y la poca tradición del país en deportes de invierno. Desde 2003 en PyeongChang se han invertido unos 800 millones de dólares en mejora de instalaciones deportivas, pero si no se usan después de los Juegos, los contribuyentes de PyeongChang deberán asumir cuantiosas pérdidas. A veces los JJOO son rentables pero no siempre. Por tanto preocupa que PyeongChang no sea una excepción y termine con números rojos, al igual que los Juegos Asiáticos de Incheon 2014, que dejaron una deuda millonaria que pagaron los contribuyentes. Expertos coinciden que lo más importante es planificar la fase posterior de los Juegos, para aprovechar el legado olímpico a largo plazo.
Fuente: Staff
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