Hace no más de 4 meses escribía yo en esta página de Análisis que la Cultura es la única opción para sacar a México del marasmo en el cual se encuentra en materia de inseguridad, de impunidad, de hartazgo. Vuelvo sobre mis pasos para repetir algo de lo ya escrito, y hacer algunos comentarios más.
Entonces escribí: “la cultura quiere decir el sueño compartido, la inagotable energía, el poder de la creación estética, el milagro de la belleza. La cultura popular ha sobrevivido a todas las tempestades, porque el proceso de recreación le devuelve a cada instante la posibilidad del florecimiento.
También encontré más opiniones de organizaciones, intelectuales y políticos respecto al valor del término “cultura”, que enriquecen nuestro pensamiento.
Siendo yo estudiante de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, el director de la Escuela (hoy Facultad) era un joven y pujante intelectual: Pablo González Casanova. Hace unos días, en una mesa redonda en el Centro de Investigaciones y de Estudios Superiores en Antropología Social , González Casanova (hoy de 95 años), hizo comentarios muy elocuentes acerca de la Cultura y de sus genuinos representantes: los intelectuales.
Y dijo: “hoy se observa un autismo colectivo en la mayoría de los intelectuales de México y del mundo. En su opinión, aunque el deber de éstos es acabar con la sociedad de la posverdad, pocos se atreven a decir la verdad completa y sólo la dicen a medias”.
Agregó: “Tenemos una crisis terminal en este momento del capitalismo, al que describió como un sistema de dominación y acumulación que busca como valor principal maximizar el poder, las riquezas, las utilidades. Y están enfermos, véanlos; buscando más millones y millones”.
“Una de las consecuencias del capitalismo”, señaló, “es el cambio climático. Y son pocos los científicos e intelectuales que se atreven a decirlo”. Se refirió a que distintos grupos científicos han planteado que el calentamiento global es una realidad y que decir esas verdades es parte del papel de los intelectuales, aunque el presidente de Estados Unidos lo niegue y crea que va a gobernar sobre el clima.
Para la Organización de las Naciones Unidas, la cultura es el “medio de transmisión del conocimiento, y además es el producto resultante de ese conocimiento, tanto pasado como presente. Es un elemento facilitador e impulsor del desarrollo sostenible, la paz y el progreso económico. En su forma multifacética, unifica a las sociedades y las naciones. Son éstas las que reconocen el valor excepcional de su patrimonio construido y natural; las comunidades manifiestan la importancia de sus usos, representaciones, técnicas y conocimientos para afianzar el sentimiento de identidad y continuidad…”
“Los derechos culturales son los relacionados con el arte y la cultura, la expresión de la lengua, la producción artística, el patrimonio, los derechos de autor y están relacionados con la identidad individual y colectiva…”
Hay un testimonio más. Este es del año 2014, cuando el ex presidente Carlos Salinas comentó en alguna intervención que en su gobierno se habían creado el Conaculta, así como el Canal 22 y la CNDH, entre otros organismos culturales. En general, fue implementado un sistema cultural que no había en el país. Se le preguntó porqué había decidido crearlo. Al respecto dijo:
“Nuestro país tiene una riqueza cultural extraordinaria. Yo recuerdo cuando llevábamos a cabo la negociación del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, muchas personas nos preguntaban si no nos inquietaba tener una vinculación más intensa con la economía más poderosa del mundo. Y mi respuesta siempre era que, efectivamente, éramos una economía del sur vinculándonos a la más avanzada del norte, pero que los mexicanos tenemos tres mil años de cultura tras nosotros, y esa es una fortaleza extraordinaria, que es lo que nos daba la seguridad para acometer esta relación, intensificada, y de raíces históricas tan complicadas, pero con la seguridad y confianza de que esa fortaleza cultural de los mexicanos iba a ser incluso algo de que los norteamericanos deberían de estar -en su caso- más interesados o tal vez hasta preocupados”.
Y agregó: “yo les decía un poco en broma y en serio: “Preocúpense ustedes en EU cuando en el Super Bowl, que es su gran evento deportivo, se vaya a consumir más guacamole que kétchup”, que ya sucede en la actualidad, veinte años después de haber iniciado el tratado. Pero eso lo comparto y lo comento para ilustrar que el tema de la cultura es parte intrínseca de la vida cotidiana de cualquier persona y de cualquier sociedad”.
Y finalizó: “en el caso de México, la parte cultural, desde la responsabilidad del Estado, también tiene una extraordinaria tradición. Hay una tradición institucional en materia cultural muy rica en México. A mí lo único que me tocó fue tomarla y darle un reforzamiento institucional al que da el CONACULTA, en diciembre de 1988”.
Fundador de Notimex
[email protected]